El antiguo cine Texas reabrirá sus puertas como espacio multicultural el 27 de octubre
Una de las principales finalidades del Espai será ofrecer cine en catalán, bien doblado, bien con subtítulos.
La historia de algunos cines de Barcelona, que tan bien estudió y explicó Juan Munsó Cabús en una obra emblemática y enciclopédica, se ha visto sometida a una asendereada evolución, fruto de los tiempos. Muchas salas desaparecieron sin dejar huella, otras se reconvirtieron en comercios, garajes o fueron habilitadas para otras actividades y, en fin, las hay que recuperaron su anterior condición de teatros. Algunas, pocas, sobrevivieron. Y hoy podemos hablar del caso una de ellas que reúne todos los merecimientos para ser calificada de centenaria puesto que comenzó su andadura en el número 205 de la calle Bailén con ese mismo nombre. Tuvo luego los de Delicias, Texas, Lauren Gracia y con el penúltimo pudo continuar hasta su clausura en 2014.
La vitalidad de los barrios de Gracia y del Ensanche, la pertinacia de un público de proximidad fidelísimo y la iniciativa de un grupo de promotores encabezados por Isona Passola (con Anna Rosa Cisquella, Blanca de Carreras, Clara Cols y un largo etcétera) ha hecho posible que, tras una profunda remodelación a cargo del arquitecto Francesc Guardia, se reconvirtiera en el nuevo Espai Texas dotado de sendas salas de proyecciones con 161 y 66 plazas de aforo respectivamente y otra de teatro con 200 localidades. Todo ello ha supuesto una inversión de 402.000 euros, de los que 251.434’04 han sido subvenciones del sector público, 204.563’96 de otras subvenciones y patrocinios y 150.000 de aportaciones personales o micro mecenazgo. Parte de los medios económicos obtenidos ha procedido de la venta de las butacas antiguas, que se llevaron como recuerdo muchos de los que fueron espectadores del viejo cine, al punto de que se dio el caso de cierta pareja que quiso comprar dos como recuerdo de su boda para “poder ver cine en casa como si estuviesen en el Texas”.
Passola recordó que una de las principales finalidades del Espai será ofrecer cine en catalán, bien doblado, bien con subtítulos. “Es la única asignatura pendiente de la normalización”. Todo ello mediante una programación diversificada que atenderá a todo tipo de públicos. Mientras que la sala teatral tratará de apoyar la creación y autoría catalana contemporánea y el bar propondrá un servicio de comidas ligeras e imaginativas (con, por ejemplo, bikinis trufados o de mortadela), vermús y toda suerte de bebidas.
Aunque la inauguración oficial del Espai Texas está prevista para el 16 de noviembre, el local abrirá sus puertas al público el 27 de octubre con la puesta en funcionamiento de las tres salas, así como del bar, que quiere ser punto de encuentro y lugar para el ejercicio de la sociabilidad. Los primeros filmes programados serán “Esperant a Dalí”, “Lola i els seus germans”, “La professora de piano”, “Els consells de l’Alice” y “Barbie”, mientras que la sala teatral presentará “Pongo” a partir del mismo 27 y “Austràlia” del 28.
Y una anécdota final: 219 butacas del Espai Texas proceden de la sala La Violeta de Altafulla cedidas por el ayuntamiento de esta localidad tarraconense.
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