Taradell homenajea al escultor Josep Ricart Maimir en el centenario de su nacimiento

Josep Ricart y Maimir estudió en Vic y posteriormente en la Escuela de la Llotja de Barcelona. En el año 1961 realizó su primera exposición individual en la capital catalana. A lo largo de su trayectoria artística, recibió varios reconocimientos, entre los cuales destacan el accésit al Concurso San Jorge de la Diputación de Barcelona (1957), el premio Nacional de Arte Religioso (1962) y el premio Nacional al Concurso Hombre de Mar de Torrevieja (Alicante). Definía su obra como la de un «artista social del pueblo», y siempre mostró un profundo compromiso con las causas sociales.

Su estilo escultórico se inscribe dentro de un cierto expresionismo simbolista, influenciado por la escultura centroeuropea de principios del siglo XX y por autores como Ernst Barlach. Vivió y trabajó durante décadas en el barrio del Poblenou, en Barcelona, donde tuvo su taller. Murió a los 94 años el 29 de marzo de 2020, en Barcelona, donde residía.

Entre sus obras públicas, mayoritariamente ubicadas en Barcelona, hay que destacar: Grupo escultórico de la Cooperativa de Viviendas Montseny (1967), en la calle Pont del Trabajo: Matrimonio, Cooperación y Cuatro falcas. Cooperativa de Tranvías (1968), calle Bermejo con rambla Delgado. Monumento al Doctor Trueta (1978), rambla del Poblenou. A padre Pere Relats (1979), rambla del Poblenou con Doctor Trueta. Monumento en el Estatuto de Cataluña de 1979, ante el Parlamento de Cataluña.  Josep Maria Folch i Torres (1985), en la plaza homónima.

El reconocimiento institucional en su pueblo, Taradell contó con varios parlamentos que posaron en valor la figura humana y artística de este escultor vinculado al pueblo y a la paz. La primera al tomar la palabra fue Eva Leucó, directora de la biblioteca, quien abrió el acto en nombre del equipo del centro y dio la bienvenida a todas las personas asistentes.

Eva Leucó: "La obra de Josep Ricart Maimir forma parte de nuestro paisaje cotidiano"

“Es todo un honor acoger este acto de homenaje al escultor Josep Ricart Maimir con motivo del centenario de su nacimiento”, dijo, dirigiéndose especialmente a la alcaldesa Mercè Cabanas, a la regidora de Cultura, Míriam Martínez, y a las familias Ricart y Padrón.

Eva Leucó destacó que la obra de Ricart Maimir “forma parte de nuestro paisaje cotidiano” y que el pueblo de Taradell la tiene plenamente interiorizada. Recordó también la tarea de preservación hecha desde la biblioteca, que ha recogido fotografías, grabaciones orales dentro del proyecto Haciendo Memoria y artículos como el que se puede encontrar en el volumen 3 de la compilación Taradell 9-21.

“Hoy no solo hablaremos de Ricart, sino que una de sus obras quedará depositada de manera permanente en la biblioteca: el busto que hizo de su amigo Antoni Pladevall y Foniot”, anunció emocionada, agradeciendo la confianza de la familia Ricart y el apoyo del Ayuntamiento.

Carme P. Flores: ""Las esculturas de Ricart transmitían paz, pero también denuncia y compromiso"

La directora de Pressdigital Group,, Carme P. Flores, intervino al acto de homenaje a Ricart Maimir, a quien conoció personalmente a través de un amigo común del barrio del Poblenou. Su intervención fue un retrato profundo y vivido del escultor: “Ricart era una persona humilde, comprometida, que posaba la humanidad en cada pieza. Sus esculturas eran bellas, sí, pero sobre todo transmitían un mensaje: de paz, de bondad, pero también de denuncia”, afirmó.

Flores recordó con detalle las visitas al taller del artista, las conversaciones sobre materiales, los esbozos y su obsesión para mejorar continuamente: “Me decía: ‘Esto no me gusta, la volveré a hacer’. Podía pasar horas trabajando y no lo vivía como un trabajo, sino como una vocación”.

También remarcó el vínculo indestriable que tenía Ricart con Taradell, a pesar de vivir en Barcelona: “Siempre me hablaba de Taradell. Los ojos le brillaban cuando decía que volvía el fin de semana. Quería a su pueblo profundamente”.

Lamentó que no se le hubiera reconocido bastante en vida, especialmente después de morir durante la pandemia en unas circunstancias que impidieron una despedida digna. Y cerró así: “Hoy lo estamos homenajeando como se merece. Ha sido un gran artista, una gran persona y un buen hombre. Cataluña le debe mucho”.

"El padre tuvo una vida intensa y generosa haciendo lo que más quería: ser artista"

En el acto de homenaje, uno de los seis hijos de Josep Ricart Maimir, que ofreció un testigo profundamente emotivo en recuerdo del padre, escultor y maestro, coincidió con el centenario de su nacimiento. La familia agradeció la celebración del homenaje y destacó la intensidad vital y artística de Ricart Maimir hasta sus últimos días.

“El padre nos dejó el 29 de marzo del 2020. Su coro, su respiración cansada, se fueron apagando despacio, después de 94 años, casi 95, de plena actividad irrefrenable. Hoy recordamos su vida, llena de pequeñas y grandes creaciones”, explicaron.

Su vocación artística nació bien pronto, como recordó la familia:

“Ya de pequeño hacía figuritas de pesebre con 7 años. Con solo 12, andaba de Vic hasta casa para estudiar y trabajar como aprendiz en un taller de escultura”.

Con una trayectoria extensa y comprometida, Josep Ricart Maimir combinó la docencia —durante dos décadas en la Universidad de Bellas Artes de Barcelona— con una actividad creativa constante en su taller del barrio del Poblenou, integrado dentro de la vivienda familiar.

“Tuvo una vida de trabajo sin tregua, haciendo el que más quería: ser artista. También formó una familia numerosa con su esposa Montserrat Esteve, que fue a la vez su compañera, ama de casa y secretaria personal. El gran hombre artista necesitó a su lado una gran mujer”, remarcaron.

Su legado escultórico, extenso y diverso, es presente en espacios públicos y religiosos de todo el país:

“Sus obras se pueden encontrar desde Lyon hasta Menorca, pasando por muchas parroquias de Barcelona, la montaña de Montserrat, la Seu d'Urgell o Vilafranca del Penedès. Pero también en exposiciones, concursos, encargos públicos e ilustraciones”.

La obra de Ricart Maimir se caracteriza por su dimensión humana y social, siempre vinculada a los valores cristianos y a la denuncia de las injusticias:

“Era el escultor de las manos, manso que expresan acciones, valores y sentimientos. Muchas de sus obras son un llamamiento contra la guerra y el afán, y una expresión de fe profunda”, expresaron.

También destacaron como representaba Jesucristo a través de imágenes con rostros de ternura y manos de acogida:

“Le gustaba representarlo así porque era como él le gustaba entomar la vida: con firmeza, pero con amor”.

Finalmente, la familia agradeció en el Ayuntamiento y a todas las personas implicadas la posibilidad de hacer una exposición permanente de su obra y de mantener viva su memoria.

“Hoy, en el centenario de su nacimiento, lo tenemos muy presente. Gracias a todo el mundo: Laia, Eva, Carme, Míriam, Montserrat, Anna… A todas las personas que lo habéis hecho posible. Muchas gracias”.

Mercè Cabanas: "Josep Ricart Maimir era un hombre de paz y no siempre entendido en su tiempo"

Mercè Cabanas reivindicó la figura del escultor Josep Ricart Maimir en un emotivo acto institucional de homenaje a la biblioteca municipal. La señora Mercè Cabanas Solà, alcaldesa de Taradell y actual regidora de Gobernación, presidió un acto de homenaje al escultor Josep Ricart Maimir. 

Durante su intervención, Cabanas subrayó la importancia de recuperar la memoria de un artista que "no fue bien valorado en su momento", pero que hoy es reconocido como parte esencial del patrimonio cultural local.

“Josep Ricart Maimir era un hombre bueno, un hombre de paz, que no siempre fue entendido a su tiempo. Trabajó con las manos como un mulo y dejó un legado escultórico que merece todo nuestro reconocimiento”, afirmó ante un público emocionado.

Cabanas remarcó que en 70 era difícil valorar el arte en un contexto de pueblo obrero: “Éramos un pueblo de trabajadores del textil y de la tierra. Valorar una obra escultórica como si no fuera habitual”.

Entre las obras destacadas de Ricart Maimir, recordó con emoción El Árbol de la Pau, una escultura situada en la plaza Santa Llúcia, que cumplirá 50 años el próximo año. “Todavía recuerdo los pájaros, la natura... este prodigio que transmitía calma y esperanza”, dijo.

También tuvo palabras de agradecimiento por Aurelia, autora del volumen 3 del “9-21”, por su trabajo documental que ha permitido recuperar y difundir mejor la trayectoria de Ricart Maimir: “Gracias al trabajo de Aurelia, hoy podemos mostrar y entender mejor su obra. Su trabajo ha sido clave”.

Cabanas destacó el papel del maestro Anastasi Aranda, represaliado durante la Guerra Civil, como mentor del escultor: “Supo ver el talento de en Josep y lo animó a ser el artista que acabó siendo. La gente de buen hacer y con bondad se acaba uniendo”.

Finalmente, concluyó con un llamamiento a los valores que Ricart Maimir representaba: “Hoy más que nunca, tenemos que defender la paz, la bondad y la denuncia de las injusticias. En un momento donde la guerra y los discursos de odio vuelven a crecer, su obra es un faro de esperanza”.

La familia Padrón participó en el homenaje a Maimir en Taradell

El acto también contó con una intervención en representación de la familia Padrón, vinculada a una de las piezas de Ricart Maimir que hasta ahora no había sido expuesta públicamente. En nombre de Antonio Padró y su familia, se agradeció la oportunidad de participar en el homenaje y se recordó la discreción con que el autor y la propia familia quisieron gestionar el destino de esta obra.

“A todos nos habría gustado que Antonio fuera aquí, pero sus circunstancias actuales lo hacen muy difícil. Años atrás supimos de la existencia de esta pieza, pero él mismo no quiso que se expusiera en la biblioteca, ni siquiera cuando el Ayuntamiento llevaba su nombre”, explicaron.

Aun así, reconocieron que el tiempo ha permitido una nueva mirada sobre aquella decisión, y confiaron en la sensibilidad de las instituciones locales para darle ahora un lugar digno.

“Con los años que han pasado, creemos que el Ayuntamiento y la biblioteca sabrán encontrarle un espacio adecuado para exponerlo. En este momento, seguro que él estaría encantado”.

Con emoción y respeto, la familia cerró su intervención con un agradecimiento sincero: “Muchas gracias por dejarnos participar de este acto”.

Conoce la ruta cultural y artística dedicada las esculturas de Taradell creadas por el artista local Josep Ricart y Maimir