El problema de la búsqueda de vivienda por los jóvenes en “Llogatera” (Akadèmia)

Un monólogo desesperanzado pero no carente de humor sobre el problema que padece actualmente la gente joven atrapada en el laberinto de intereses que condicionan el arrendamiento de vivienda

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Júlia Truyol en Llogatera
El problema de la búsqueda de vivienda por los jóvenes en “Llogatera” (Akadèmia)

 

Con “Llogatera”, un monólogo de Paco Gámez, inicia la nueva temporada el teatro Akadèmia. El autor trae a colación un problema harto común en las nuevas generaciones urbanitas preocupadas por encontrar vivienda adecuada a sus necesidades y, a la vez, ajustadas a su capacidad económica. Con una legislación obsoleta que las administraciones son incapaces de acomodar a la situación, un parque de vivienda que en las grandes ciudades crece en proporción muy inferior al incremento de la demanda y una sensación de indefensión y/o de falta de rentabilidad por parte de los arrendadores, lo cierto es que la oferta es cada vez más reducida porque estos últimos han ido optando bien por la venta de sus inmuebles, bien por su dedicación a los arrendamientos temporales y/o de uso turístico, que parece gozan de mejores perspectivas y seguridad.

Un excelente tema que Gámez ha sabido expresar por boca del personaje de este monólogo: una chica que vive en Barcelona -Numancia número 9- y que, a la hora de tener que su contrato, es informada por el propietario de su propósito de cambiar el régimen arrendamiento pasando del de larga duración a otro de once meses, con el consiguiente y meteórico aumento de la renta. Rubén de Eguía, que se ha responsabilizado de dirigir a Júlia Truyol, intérprete de “Llogatera”, dice de su personaje que “Me fascina esta inquilina porque su voz es contundentemente corriente y, a la vez, universal. Por la maravillosa humanidad con la que surfea las dificultades, huyendo de estereotipos y sin pedir perdón. Por la honestidad con la que pisa la vida. Por el carisma divertido y espontáneo. Una mirada sobre una vida corriente reivindicada con coraje, aceptando con conciencia las dificultades frente a las expectativas generadas y dejando un espacio para la autocrítica. Una antiheroína necesaria del siglo XXI”.

Truyol, sola frente al respetable, asume un rol pletórico de dificultades puesto que el texto de Gámez le obliga a cambiar una y otra vez de registro interpretativo y pasar de la banalidad a la adversidad, de la despreocupación a la ansiedad, de la seguridad de disponer de una vivienda propia a la inseguridad de ignorar dónde acabaré teniendo que alojarse. Un papel que incluye también algún número musical en el que Júlia Truyol desenvuelve sus muchos registros actorales con soltura y buen ritmo y en algunos momentos con extraordinaria tensión. Puede hacernos reír ante algunas de sus ocurrencias o inquietarnos en los momentos de mayor dramatismo puesto que de todo hay en ”LLogatera”. 

Por cierto, quiso la casualidad que disfrutara de este monólogo en compañía de alguien que conoce el paño porque presta sus servicios en una administración de fincas. Sus comentarios, salpimentando algunos momentos del espectáculo, fueron sabrosos y me confirmaron que lo que ocurría en escena se parecía mucho a la realidad que mi acompañante contempla a diario. Y es que el teatro es una ficción a veces tan real como la vida misma.


 

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