Llega a Barcelona “El fantasma de la ópera”, un musical legendario (Tívoli)
Pocos textos literarios han dado lugar a una relación tan extensa de versiones cinematográficas y teatrales. La última de ellas y acaso la más magnificente, acaso es la que se estrena ahora en la ciudad condal
Quién le hubiera dicho a Gaston Leroux que la novela que publicó en 1910 iba a inspirar tantas versiones, pero lo cierto es que “El fantasma de la ópera” se ha convertido en una obra de referencia capaz de inspirar a numerosos directores que la han llevado a la pantalla grande o pequeña y al teatro con diferente acierto, pero casi siempre con rotundo éxito de público. Convertida en espectáculo musical, ha recorrido durante décadas el ancho mundo sin que hasta ahora mismo hubiéramos tenido ocasión de verlo en la ciudad condal, carencia que ha quedado subsanada con el estreno en el teatro Tívoli de su última y acaso más sobresaliente versión.
Producir un musical es siempre un empeño harto complicado, pero hacerlo con uno que ha sido montado con anterioridad en los principales teatros del mundo constituye una verdadera osadía y un reto difícil de superar. No estará de más recordar que desde su estreno en el Her Majesty's Theatre del West End en 1986 y en Broadway en 1988 ha sido visto por más de 160 millones de personas en 195 ciudades y en 21 idiomas diferentes y que ha obtenido unos 70 importantes premios teatrales. El último, justamente por esta versión, el Premio Talía 2024.
Pues bien, en este nuevo “Fantasma” bien puede decirse que los productores han puesto “toda la carne en el asador”. Han escogido un selecto grupo de intérpretes -Daniel Diges, Manu Pilas, Ana San Martín, Judith Tobellas, Guido Balzaretti, Marta Pineda, Mario Corberán, Enrique R. Del Portal, Omar Calicchio, Sofía Esteve e Isabel Malavia- dotados con voces de impecable categoría lírica, los ha rodeado de una escenografía compleja, en la que adquiere singular protagonismo un escenario giratorio que va dando paso a las diferentes escenas, todo ello bajo la dirección de Federico Belloni con Julio Awad al frente de una orquesta que ejecuta la totalidad de la partitura en riguroso directo. La guinda a todo ello la ponen unos efectos especiales que dejan boquiabierto al público, entre ellos un fogonazo cuyo calor es sentido por quienes están situados en las butacas más cercanas al escenario.
Con todos estos mimbres diríase que “El fantasma de la ópera” es mucho más que una comedia musical convencional, es una obra lírica que puede sin temor alguna incorporarse por derecho propio dentro del género operístico. En todo caso, un espectáculo marca un hito difícilmente superable y que reafirma la condición de Barcelona como sede de grandes musicales.
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