Concierto en Capitanía con ocasión de la fiesta nacional
La Unidad de Música de la Inspección General del Ejército ofreció un concierto con intervenciones dramatizadas sobre la historia de los Tercios
Me correspondió cumplir el servicio militar como agregado al regimiento de Infantería Jaén nº 25 que tenía su sede en el acuartelamiento del Bruc, en el barcelonés barrio de Pedralbes. Era una unidad militar de longeva ejecutoria puesto que sus orígenes databan del siglo XVII y que poesía, además, una curiosa peculiaridad: los soldados hacíamos la instrucción con el lejano acompañamiento de los ensayos de su banda de música, una formación prestigiosa que editaba vinilos con airosas marchas y pasodobles en competencia con otra banda, también barcelonesa, la de la IV circunscripción de la Policía Armada. Han pasado los años y mi antiguo Regimiento fue disuelto antes de finalizar el último siglo mientras que la Policía Armada dejó de existir -o se reconvirtió- durante la transición. Lo que no significa en modo alguno que el Ejército haya prescindido de su impronta musical, de tanta importancia como forma de expresión del espíritu castrense. Un tarea que ahora mismo ejerce en la ciudad condal la Unidad de Música de la Inspección General del Ejército.
Con el propósito de que su quehacer cultural se proyecte sobre la ciudadanía, dicha Unidad viene ofreciendo conciertos de carácter gratuito que se celebran en diversos puntos de la ciudad. Uno de ellos, el de mayor significado castrense, es sin duda la propia sede de la Inspección General ubicada en el palacio de Capitanía, un antiguo convento desamortizado en el siglo XIX cuyo claustro, transformado en elegante y señorial patio de armas, constituye un lugar excelente para el desarrollo de tales actividades.
Pues bien, en tan histórico ambiente y en un liviano y fresco atardecer de otoño, la Inspección General del Ejército ha celebrado el primer acto conmemorativo de la fiesta nacional del 12 de octubre con un nuevo concierto de su Unidad de Música. Bajo la dirección del capitán músico Mario Ruiz María se desarrolló un programa integrado por ocho piezas: “El tambor de granaderos” de Chapí, la “Romanza española” de Salvador Bacarisse, “Alhucemas” del propio director de la banda, “El camino real” de Alfred Reed, la “Danza ritual del fuego” de Manuel Falla, la romanza de Leandro de “La tabernera del puerto” de Pablo Sorozábal, “Tannhaüser” de Wagner -estas dos últimas, con la voz de subteniente músico Antonio Martí-- y una fantasía militar africana compuesta también por el capitán Ruiz. Entre cada una de ellas se intercalaron textos dramatizados que explicaron con gran colorido la historia de los tercios españoles. uno de los cuales llevó precisamente el nombre de Barcelona.
El concierto conmemorativo del 12 de octubre, abierto a la participación de los barceloneses, reafirmó una vez más el fuerte compromiso de las Fuerzas armadas con la ciudadanía y su sólido enraizamiento en la sociedad catalana, un hecho que se manifestará de nuevo estos mismos días en otros actos programados con ocasión de la celebración de la fiesta nacional.
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