30º aniversario de los Juegos Olímpicos de 1992: un repaso por su legado

Varios profesores de la UOC, expertos en algunos de los ámbitos en los que los JJ.OO tuvieron mayor influencia, han presentado un análisis del impacto que tuvo la cita olímpica para la capital catalana y en su desarrollo posterior

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Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona/ @EP

Llega el 30 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Tal y como señalan varios profesores de la UOC , expertos en algunos de los ámbitos en los que los JJ.OO tuvieron más influencia, este evento fue un antes y un después para Barcelona . En este sentido, han presentado un análisis del impacto que tuvo la cita olímpica para la capital catalana y su ciudadanía.

 

Una transformación urbanística de la ciudad

 

Los Juegos Olímpicos permitieron redefinir los objetivos de la ciudad y realizar proyecciones de desarrollo . Con este hecho, se culminaba un proceso de transformación de la ciudad que había comenzado a raíz de la nominación olímpica de 1986 y la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) . Todo esto contribuyó a materializar proyectos sobre la ciudad que hacía tiempo que se estaban ideando, tal y como destaca la directora de programa del máster universitario de Ciudad y Urbanismo de la UOC, Mirela Fiori . " Los Juegos Olímpicos de 1992 propiciaron mecanismos de financiación que permitieron una transformación urbana que se estaba cociendo desde hacía mucho tiempo", afirma.

 

Este trabajo previo, potenciado con la llegada de los ayuntamientos democráticos y la presencia de un movimiento vecinal importante, permitió que las grandes transformaciones en infraestructuras y espacio público de la ciudad " no fueran pensadas para cubrir las necesidades exclusivas de un evento, sino para satisfacer las necesidades urgentes del conjunto de la ciudad ”. Con todo, Fiori recalca "lo que ha marcado el urbanismo posterior ha sido la entrada en el mercado común europeo y la consiguiente internacionalización de la economía, que ha impulsado a las ciudades a competir en el marco global", añade.

 

La aparición de un nuevo perfil de turista

 

El profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC Joan Miquel Gomis López explica que la inversión en la actualización de infraestructuras durante los Juegos Olímpicos se combinó con la proyección internacional de la ciudad, que reivindicó " la modernidad de la capital catalana ”, pero también los atributos que ya tenía: la posición estratégica y privilegiada en el Mediterráneo, el clima y el patrimonio natural y cultural.

 

En este sentido, "la transformación del perfil del turista" fue un "cambio significativo" en materia de turismo. De hecho, hay datos que lo corroboran. En 1990, sólo el 22% de los turistas llegaban por vacaciones y ocio a la ciudad , mientras que la mayoría lo hacía por trabajo. Actualmente, la relación es inversa y predomina el turista vacacional. Además, si en 1990 en Barcelona pernoctaban 1,7 millones de turistas, en pocos años esta cifra se multiplicó por tres y en el 2019, antes de la pandemia, alcanzó cerca de 10 millones.

 

Del mismo modo, "un porcentaje significativo de plazas de alojamiento de la ciudad se canalizó mediante cruceros contratados temporalmente para cubrir la demanda puntual de esos días, ante el riesgo de crear una oferta hotelera excesiva no aprovechable posteriormente", destaca Gomis , que explica que los efectos del turismo "no fueron inmediatos".

 

Un espíritu deportivo arraigado

 

Una de las claves del éxito de los Juegos Olímpicos de 1992 fue que Cataluña tenía un nivel de asociacionismo deportivo muy potente, explica Jordi Mascarell, profesor colaborador del máster universitario de Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos y del posgrado de Gestión de Eventos Culturales, Deportivos y Corporativos de la UOC. El país ya disponía de " grandes clubs privados y de un índice de práctica deportiva muy alto para la época ". Con todo, organizar los Juegos Olímpicos "era un reto mayúsculo" , que contaba con " hándicaps " muy importantes como " el histórico encaje político entre Cataluña y España y la amenaza de una ETA muy activa en Cataluña ".

 

Desde el punto de vista deportivo, Mascarell destaca dos legados importantes de los Juegos Olímpicos de Barcelona: uno material, que son las instalaciones, y uno organizativo, que es el voluntariado. " Se aprovechó el acto para construir, y en algunos casos actualizar, un parque de equipamientos deportivos que posteriormente ha permitido acoger otros grandes eventos y que se ha puesto al servicio de los deportistas amateurs ", explica el profesor. Un ejemplo de ello son el Palau Sant Jordi, el INEFC y el Canal Olímpico, además de polideportivos municipales como las Piscinas Picornell o la España Industrial.

 

Además, otra herencia clave de los Juegos Olímpicos y de sus 35.000 voluntarios fue el nacimiento de Voluntaris 2000 , una entidad que, treinta años después, todavía está presente en la mayoría de carreras y grandes eventos que se organizan en todo el área metropolitana, subraya Mascarell.

 

Proyectar una imagen de "ilusión colectiva"

 

Elisenda Estanyol , directora académica del máster universitario de Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la UOC, opina que " la apertura de la ciudad también fue una apertura conceptual en el ámbito comunicativo para los Juegos Olímpicos de 1992 y la apuesta por elementos no convencionales, desde las mismas ceremonias de apertura y clausura hasta los elementos visuales y gráficos, que optaron por un estilo vanguardista ”.

 

La estrategia comunicativa de los Juegos Olímpicos de 1992 tuvo un foco importante en la propia ciudadanía de Barcelona: " se logró apelar a los vecinos y vecinas y reforzar su sentimiento de pertenencia, y el resultado fue que muchos barceloneses van participar activamente en los preparativos de los Juegos", señala Estanyol. Esta conexión del proyecto con la ciudadanía hizo que las Olimpiadas acabaran representando " una ilusión colectiva ".

 

Esto, asegura Estanyol, impulsó el city branding de Barcelona y " proyectaron una imagen internacional positiva de una ciudad capaz de acoger eventos internacionales y de convertirse en un destino turístico importante ". Esto permitiría que posteriormente la ciudad se convirtiera en sede de otros grandes eventos, como el Mobile World Congress.

 

Reflexiones de cara al futuro

 

El informe presentado por la UOC concluye con el director de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, Joan Fuster , que durante los JJ.OO era concejal del Ayuntamiento de Barcelona y miembro del gobierno de la ciudad . Además, es coautor del libro ' Pasqual Maragall. Pensamiento y acción'. Para Fuster, las Olimpiadas fueron una oportunidad para la capital catalana en un momento de crisis económica e industrial cuyas consecuencias Barcelona podría haber sufrido de forma notable. Los Juegos Olímpicos fueron un éxito y salvaron a la ciudad de esa posibilidad, explica.

 

Del mismo modo, los Juegos Olímpicos de 1992 también son un ejemplo que debería dar pistas para relanzar la ciudad en la actualidad . La clave, en este sentido, es que se materialice un proyecto teniendo en cuenta los "importantes retos que tiene la ciudad del futuro en cuanto al cambio climático, la movilidad y la sostenibilidad ", añade Fuster.

 

Gomis, por su parte, destaca que "desde la perspectiva actual, se hace necesaria la reflexión sobre los límites del modelo de desarrollo de un territorio a través de grandes eventos como los Juegos Olímpicos, y se hace evidente la necesidad de generar alternativas con eventos de menor dimensión, con objetivos y efectos más específicos ”.

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