¿Qué le pasa al Barça? Las claves de una debacle que deja a Xavi en la cuerda floja
El Barça arrastra una crisis de juego en esta temporada que se consumó con la derrota en Champions League contra el Amberes
El Barça volvió a mostrar señales de alarma este miércoles en la Champions League, después de perder 3-2 contra el Amberes. Por fortuna para los de Xavi Hernández, esta derrota no evitó que el club azulgrana pasara como primero de grupo a octavos de final de la competición europea, algo muy favorable teniendo en cuenta que se enfrentará a algún segundo de grupo (evitando así 'cocos' como el Bayern, el Manchester City o el Arsenal).
Por lo tanto, sus posibles rivales serán el Copenhagen, el PSV, el Nápoles, el Inter de Milán, la Lazio, el PSG o el Leipzig. Ahora la Champions descansa y vuelve en febrero, pero teniendo en cuenta cómo está la situación en Can Barça, las críticas que está recibiendo Xavi y los nervios del famoso 'entorno', no serán partidos fáciles los que se avecinan.
LAS CLAVES DE UNA DEBACLE PROGRESIVA
Todas las buenas sensaciones que dejó el club azulgrana la temporada pasada se han esfumado en esta campaña. La defensa, uno de los puntos fuertes del año pasado, se ha debilitado de forma estrepitosa. Para hacernos una idea, en 16 jornadas el Barça ha encajado 18 goles, lo que toca a más de un gol por partido. A estas alturas, en el curso pasado tan solo se habían encajado 7 goles.
Algo falla en la retaguardia. Koundé, que ha conseguido un puesto como central tras sus numerosas quejas a Xavi por ponerlo en el lateral, no está dando el rendimiento esperado y ha aparecido en la fotografía de varios goles importantes este año. Además, Balde era uno de los indiscutibles anteriormente, y ahora juega poco y sin demasiada trascendencia. Por contra, ha aparecido Joao Cancelo, el lateral del Manchester City que llegó el último día de mercado en forma de cesión. Si bien es cierto que ha marcado goles y dado asistencias que han valido puntos, aporta también un punto de descontrol que no favorece a los de Xavi.
En relación a esta primera clave, se intuye una cierta desconexión y malestar entre los jugadores y el entrenador. Sin ir más lejos, el programa Què t'hi jugues de SER Catalunya explicó esta semana que hay un sector del vestuario que está expresando su inquietud por los numerosos días libres que tiene la plantilla. Esto ocurría también el año pasado, pero las aguas estaban más calmadas y la pelota entraba con más facilidad. Además, el tuitero y periodista Joan Fontes también dejaba caer una una afirmación que iba en esta línea.
La tercera clave sería la poca autocrítica del técnico egarense. Xavi Hernández no se caracteriza especialmente por asumir los errores y dar muestra de qué ha fallado, sino que es más proclive a lanzar balones fuera, apuntando hacia la falta de puntería, el buen hacer del rival o incluso el excesivo ruido mediático. Sin ir más lejos, tras la derrota por 4-2 contra el Girona, el entrenador azulgrana dijo frente a Míchel: "A la gente le cabrea más la derrota porque hemos tenido el partido en nuestras manos. El Girona ha aprovechado sus momentos y nosotros no".
El técnico del Girona no pudo evitar que se le escapara una pequeña sonrisa, consciente de que no era cierto porque el planteamiento táctico que había diseñado se había comido a la pizarra de Xavi.
Y por último, no se puede obviar el excesivo ruido mediático. De hecho, Xavi lo comentó en la rueda de prensa posterior al partido contra el Alavés, que ganó de forma pírrica por 2-1: "Lo que diga la prensa afecta al equipo. Se generan escenarios que no son los reales y afecta. Se genera una negatividad que afecta. Les afecta demasiado lo que se dice en el entorno. Hay un nerviosismo exagerado en el entorno. A mí no me afecta, yo me pongo muy poco nervioso. Pero los jugadores están tensos. De mí dijeron que era el cáncer del Barça y estoy aquí de entrenador. Eso les he dicho. Estos jugadores merecen un crédito. Les he dicho que calma y tranquilidad. Hemos estado bien media hora, este es el camino. Los jugadores necesitaban hoy cariño".
Si bien es cierto que cuando Xavi lo dijo sonó a excusa, la realidad es que no es la misma presión mediática ni el mismo ruido el que se genera cuando pierde el Barça a cuando pierde el Madrid.
Veremos si el técnico egarense es capaz de darle la vuelta a esta pésima situación, pero el futuro no se augura excesivamente bello en Can Barça.
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