Pepe Reina se retira: adiós al portero más 'showman' de los últimos tiempos

Esta última temporada ha jugado en el Como de la Serie A de Italia

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Reina (derecha) celebra un título de España con Jesús Navas. Foto: Europa Press

 

Sí, amigos del balón, ha llegado el momento. El incombustible Pepe Reina, portero de confianza en las celebraciones épicas y los discursos de vestuario legendarios, ha anunciado que colgará los guantes al final de esta temporada. Su despedida será este viernes 23 de mayo, en el partido del Como (su equipo actual en Italia) contra el Inter de Milán. ¡Último baile a lo grande!

“Se acaba una carrera muy bonita y una vida muy completa”, dijo Pepe en una entrevista concedida a Movistar+, con ese tono entre nostálgico y sabio de quien ya ha visto muchas porterías y muchas duchas frías postpartido. “Me siento afortunadísimo”, añadió, recordando no solo los títulos, sino sobre todo a la gente con la que compartió vestuario. ¡Y mira que ha compartido!

A sus 42 años (que no son nada para el espíritu que tiene), Pepe confesó que en enero ya sabía que este iba a ser su "último curso" como jugador. “Pensaba que duraría menos, pero aquí estoy. Ahora toca cambiar de rol… aunque seguiré ligado al fútbol, que esto corre por las venas y no hay manera de quitárselo”, comentó entre risas. ¡Spoiler! Se viene Reina entrenador.

Y cómo no, repasamos una carrera que da para una serie: Barça, Villarreal (dos veces), Liverpool, Napoli, Bayern, Milan, Aston Villa, Lazio y Como 1907, donde coincidió con su viejo compi de la selección, el también mítico Cesc Fàbregas.

En su mochila de trofeos: Eurocopas 2008 y 2012, el Mundial 2010 con La Roja (sí, fue parte de esa generación dorada), además de una FA Cup, una Supercopa de Europa, una Carabao Cup, una Bundesliga y una Copa de Italia. Vamos, que si esto fuera un videojuego, tendría el 99 en carisma y en experiencia.

“El verano pasado lo pasé regular, no encontraba un proyecto que me ilusionara... pero ahora ya me siento vacío. Al fútbol, desde esta posición, ya no puedo darle más”, confesó con honestidad. Pero ojo, no se va muy lejos: quiere empezar a entrenar. “Hay que ser listo, humilde, saber adaptarse, y sobre todo, convencer a los jugadores”, dijo. Ya lo vemos en un futuro banquillo, repartiendo sabiduría con su inconfundible sonrisa.

Gracias por todo, Pepe. Por las paradas, por las risas, y por enseñarnos que el fútbol también se juega con el corazón... y con mucho desparpajo.

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