Raphinha víctima de un presunto favoritismo de Ancelotti hacia el Real Madrid
El brasileño ha tenido que jugar en La Paz, a más de 4.000 metros de altitud
La última convocatoria de la selección brasileña ha encendido una fuerte polémica en España, no por los resultados deportivos sino por las decisiones del seleccionador Carlo Ancelotti, interpretadas como un favoritismo hacia los jugadores del Real Madrid. Mientras Vinícius Jr., Rodrygo, Éder Militão y Endrick fueron liberados o directamente no convocados, Raphinha, del FC Barcelona, fue citado y obligado a disputar dos partidos sin trascendencia competitiva, con Brasil ya clasificada para el Mundial 2026.
El extremo azulgrana jugó 78 minutos ante Chile en el Maracaná y también disputó un tramo largo del partido frente a Bolivia en La Paz, a más de 4.100 metros de altitud, en condiciones físicas extremas que implica jugar a esa altura. El desgaste acumulado de Raphinha al regresar a Barcelona llega en un momento crítico de la temporada.
Las decisiones de Ancelotti han reabierto viejas heridas. Se recuerdan sus dos etapas como entrenador del Real Madrid y sus estrechos vínculos con el club blanco. Oficialmente, se alegaron lesiones y falta de forma para justificar la ausencia de los madridistas, pero la explicación no ha convencido. No hay ningún tipo de problema físico real en los brasileños del Real Madrid.
La imagen de los jugadores del Madrid descansando mientras Raphinha viajaba y disputaba partidos sin valor competitivo se ha interpretado como un ejemplo de desequilibrio institucional y favoritismo encubierto.
Aunque Ancelotti ha iniciado su etapa en Brasil con buenos resultados deportivos, sus decisiones fuera del campo generan debate. La gestión de las convocatorias ha dividido opiniones y reabre el eterno debate sobre la influencia de los grandes clubes en las selecciones nacionales. En este caso, la controversia no surge de los propios jugadores, sino de directivos y aficionados que perciben una falta de equidad y una ventaja para determinados futbolistas en detrimento de otros.
La credibilidad del seleccionador, la relación con los clubes europeos y la unidad interna de la selección están ahora en juego. Tratos diferenciados pueden generar tensiones en el vestuario y poner en entredicho la imagen de imparcialidad que debería acompañar a un equipo nacional. Aunque Raphinha ha mostrado públicamente su compromiso con Brasil, la polémica sigue creciendo. Muchos se preguntan si las decisiones del técnico reflejan criterios deportivos o si, por el contrario, el pasado madridista de Ancelotti sigue influyendo en su gestión.
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