Solo Fermín y Rashford se salvan en la goleada del Barça al Olympiacos: los culés vencen sin convencer

El juego de los de Hansi Flick dejó mucho que desear y serias dudas en el conjunto culé

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Fer Rash
Fermín y Rashford brillan en una goleada gris del Barça Foto: EP

 

El FC Barcelona saldó su tercer compromiso de la Liga de Campeones con una contundente victoria ante el Olympiacos griego (6-1) en Montjuïc, un resultado que supone una inyección de moral inmejorable a solo cinco días del Clásico frente al Real Madrid. La gran figura de la noche fue el joven español Fermín López, autor de su primer hat-trick como profesional, que se ganó a pulso los elogios y, probablemente, un puesto en el once titular del Santiago Bernabéu.

Sin embargo, la goleada no debe ocultar las serias deficiencias en el juego que arrastró el equipo de Hansi Flick durante buena parte del encuentro, dejando malas sensaciones hasta que la expulsión visitante y un polémico arbitraje terminaron por decantar el resultado.

Fermín López fue la luz en una primera parte incómoda para el conjunto azulgrana. El Olympiacos de José Luis Mendilibar planteó una presión alta y valiente que asfixió la salida de balón del Barça y provocó más de un susto en los primeros minutos. En medio de ese caos, Fermín supo aparecer. Su primer gol, en el minuto siete, nació de un rechace tras un mano a mano de Lamine Yamal. El segundo, en el 39, llegó tras una pérdida de Dani García: el andaluz recortó con elegancia a Pirola y batió a Tzolakis con precisión. Ya en la segunda mitad, selló su triplete histórico en el 76, culminando un centro del joven sueco Roony. Decisivo, incisivo y con una madurez impropia de su edad, Fermín pasó de ser promesa a argumento ofensivo de peso de cara al Clásico.

Junto a él, Marcus Rashford volvió a demostrar su excelente estado de forma y su letalidad en el área. El inglés firmó un doblete en la segunda parte, confirmando su momento dulce de cara a puerta. Su primer tanto, en el minuto 74, llegó con un potente disparo raso tras asistencia de Balde, mientras que el segundo —el sexto del equipo— lo firmó tras un gran pase de Pedri, con un recorte en la frontal y un disparo ajustado al poste. Rashford volvió a ser un factor desequilibrante, en contraste con la falta de ideas y control colectivo que mostró el equipo.

A pesar del abultado marcador, el rendimiento del Barça fue preocupante durante la primera hora de juego. Hubo mala relación con el balón, inseguridad en el centro del campo y poca creatividad ofensiva, permitiendo que el Olympiacos jugara cómodo en campo azulgrana durante largos tramos. Podence y Gelson generaron peligro constante, y el partido llegó a estar más abierto de lo que refleja el resultado.

Tras el 2-0 de Fermín, el Olympiacos acortó distancias con un penalti transformado por Ayoub El Kaabi en el minuto 53, en una acción que dejó dudas por una posible mano previa de Eric García. El punto de inflexión llegó poco después, con una decisión polémica del árbitro suizo Urs Schnyder, que no señaló un claro penalti sobre Rashford en primera instancia. Tras la revisión del VAR, rectificó su error y Lamine Yamal convirtió el 3-1 en el 68. Apenas unos minutos después, la expulsión de Santiago Hezze por doble amarilla descompuso al conjunto griego y allanó el camino para el festival goleador final.

Solo a partir de ese momento, con el partido encarrilado y el rival en inferioridad, el Barça logró soltarse y desatar la goleada, maquillando unas carencias tácticas y de control que habían sido evidentes hasta entonces. Pese a la euforia por el resultado y la brillantez de Fermín y Rashford, las sensaciones generales invitan a la cautela. Flick celebra la victoria y los goles, pero el juego del equipo sigue sin convencer en la antesala del Clásico.

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