Las tormentas provocaron pérdidas de hasta el 80% en la cosecha de uva en viñedos catalanes
La caída drástica de la producción amenaza con tener un fuerte impacto económico en las bodegas y pequeños productores
El sector vitivinícola catalán atraviesa una de sus peores campañas en años tras las fuertes tormentas que han asolado el territorio durante las últimas semanas. Según los primeros datos recabados por cooperativas y asociaciones agrarias, se estima que las lluvias intensas y el granizo han provocado pérdidas de hasta el 80% en la cosecha prevista de uva en algunas comarcas vitícolas de Catalunya.
Las tormentas, muchas de ellas repentinas y de alta intensidad, han afectado especialmente a las zonas del Penedès, Costers del Segre y Priorat, causando daños irreparables en gran parte del fruto. La combinación de precipitaciones torrenciales y fenómenos de granizo ha dañado racimos y vides justo en plena fase de maduración.
Un duro golpe para la economía del vino catalán
La caída drástica de la producción amenaza con tener un fuerte impacto económico en las bodegas y pequeños productores, que ya arrastraban dificultades por la inflación y el aumento de costes de producción. “Con estas pérdidas, muchos no cubrirán ni los gastos de mantenimiento de la viña”, alertan desde el sector.
Además de la merma en la cantidad, también preocupa el posible deterioro de la calidad del mosto, lo que repercutirá en la elaboración de vinos y cavas de las próximas temporadas. Algunas bodegas han adelantado que se verán obligadas a reducir o cancelar lanzamientos previstos.
Llamamiento a medidas estructurales ante el cambio climático
Organizaciones agrarias han reclamado al Govern de la Generalitat y al Ministerio de Agricultura la puesta en marcha urgente de ayudas directas y seguros agrarios más efectivos, así como planes de resiliencia frente al cambio climático, que cada vez afecta con más fuerza al campo catalán.
“Las tormentas de este año no son una excepción, sino un síntoma de lo que vendrá si no adaptamos nuestras prácticas agrícolas”, advierten fuentes del sector. También piden sistemas de alerta temprana, mejores infraestructuras de drenaje y fomento de variedades más resistentes a los extremos climáticos.
Con la vendimia a la vuelta de la esquina, la campaña 2025 quedará marcada como una de las más escasas y difíciles para el vino catalán en lo que va de siglo.
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