Crisis en el sector del lujo: la clase media abandona a las grandes marcas
El sector del lujo, tradicionalmente inmune a las crisis económicas, está experimentando un brusco frenazo.
Firmas icónicas como LVMH, Kering y Chanel sufren el impacto de una tormenta perfecta: la incertidumbre económica global, los aranceles de la administración Trump y, sobre todo, una caída drástica de las ventas en mercados clave como China. En cuestión de meses, el valor bursátil de las grandes marcas europeas se ha desplomado en más de 240.000 millones de dólares, marcando el fin de una década dorada de crecimiento.
El cambio en los hábitos de consumo
Este panorama se agrava por el cambio en los hábitos de consumo de la clase media, un segmento vital que las marcas ahora luchan por recuperar. La estrategia de precios elevados ya no convence a los llamados "clientes aspiracionales", que cuestionan si el valor del producto justifica su coste. Un estudio de la consultora EY revela que el 62% de los consumidores ha desistido de comprar un artículo de lujo en el último año debido a su precio, a pesar de poder permitírselo.
Las nuevas vías para el sector
Según un reciente artículo del Financial Times, la caída de las ventas del año pasado se vio compensada en parte por el aumento de la demanda en Japón, donde los consumidores chinos aprovecharon la debilidad del yen para comprar productos de diseñador. Además, la fortaleza del dólar impulsó el gasto de turistas estadounidenses en boutiques europeas. Sin embargo, en 2025, la pérdida de valor tanto del yen como del dólar ha cambiado el panorama, eliminando estos "salvavidas" para el sector. Ante esta situación, el sector se ve obligado a reinventarse. El informe de EY, "Recuperar a los clientes aspiracionales del lujo", destaca que los consumidores buscan alternativas más accesibles. El mercado de segunda mano emerge como una solución, con un 38% de los encuestados ya recurriendo a esta vía. La clave, según el estudio, es que las marcas ofrezcan productos reacondicionados y certificados, garantizando así la autenticidad y la calidad.
Un consumidor fiel
Además de precios, los clientes demandan una conexión más profunda. La falta de experiencias de marca es un punto débil, ya que dos de cada tres clientes que gastan menos de 5.000 euros al año no reciben ningún tipo de valor añadido con su compra. Por ello, los expertos coinciden en la necesidad de ofrecer experiencias personalizadas que refuercen el vínculo emocional con los clientes. Mientras tanto, en España, el sector se sostiene gracias a un perfil de consumidor fiel que, incluso en tiempos difíciles, sigue invirtiendo en lujo al menos tres veces al año.
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