Los préstamos para el consumo rozan los 197.000 millones tras crecer un 22% en un año
El saldo vivo alcanza su nivel más alto desde 2012, con 196.905 millones de euros. El interés medio se sitúa en el 6,86%, cerca de la media europea, mientras la banca aprovecha el tirón para reforzar beneficios.
El mercado financiero español ha consolidado en los últimos meses un crecimiento inédito en uno de sus productos estrella: el crédito al consumo. Los últimos datos del Banco de España, actualizados a junio, constatan un incremento interanual del 22% en la concesión de este tipo de préstamos, utilizados habitualmente para financiar la compra de coches, electrodomésticos o vacaciones. Con estas operaciones, el volumen total pendiente ya se ha situado en 196.905 millones de euros, un nivel desconocido desde el verano de 2012, en plena crisis bancaria.
Cifras en perspectiva
Durante el primer semestre, la producción de estos préstamos ha sumado 21.821 millones, lo que equivale a un crecimiento del 17% respecto al mismo periodo de 2024. En comparación con mayo, el salto ha sido del 6,7%, lo que evidencia la velocidad de avance. Solo en 2012 se registraron datos similares, cuando el saldo vivo rondaba los 197.207 millones. A falta de los meses estivales —habitualmente proclives a un mayor uso de este tipo de financiación—, la tendencia apunta a nuevos máximos.
Coste elevado y riesgo inherente
El atractivo de esta financiación para los clientes es que no requiere tantos requisitos como una hipoteca, pero para las entidades implica un riesgo más alto. Por ello, se compensa con intereses más elevados. El precio medio en junio fue del 6,86%, el mínimo desde julio de 2022, pero todavía por encima de otras modalidades de préstamo. El Banco de España recuerda que “este producto es el más caro dentro del catálogo de financiación bancaria”, aunque se sitúa en parámetros cercanos a la media europea (7,4%).
Conviene recordar que a finales de 2008, antes de la gran recesión, el tipo de interés llegó al 10,8%, récord histórico del sector.
Límites y usos más frecuentes
A diferencia de los préstamos hipotecarios, los destinados al consumo suelen tener topes más bajos: no pueden superar los 75.000 euros, según marca la regulación. No obstante, las operaciones más comunes apenas alcanzan unos pocos miles de euros, utilizados sobre todo para imprevistos o bienes de coste medio.
Una competencia en plena efervescencia
La banca lleva tiempo impulsando este negocio para contrarrestar el impacto de los años de tipos negativos. Con el actual contexto de estabilidad monetaria y un euríbor contenido, la rentabilidad de estos productos resulta clave en las cuentas de las entidades. La agencia de calificación Morningstar DBRS subraya que “los bancos españoles afrontan otro ejercicio sólido gracias al dinamismo del crédito”, con previsiones de crecimiento sostenido mientras los tipos de interés se mantengan en torno al 2%.
Balance general
El avance del crédito al consumo no solo refleja la recuperación de la confianza en la economía, sino también el apetito de las entidades por reforzar un segmento especialmente lucrativo. Aunque el coste para el cliente sigue siendo elevado, el ritmo de concesión anticipa que España volverá a batir registros históricos en este mercado durante 2025.
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