Arabia Saudí levanta la prohibición del alcohol después de 70 años

Arabia Saudí se encuentra en vísperas de un cambio histórico al contemplar la autorización de la venta de bebidas alcohólicas, una medida sin precedentes que, de concretarse, tendría un alcance limitado: estaría restringida exclusivamente a diplomáticos no musulmanes. Esta información fue revelada el pasado miércoles por fuentes cercanas al asunto, quienes solicitaron mantener el anonimato al brindar detalles a la agencia AFP.

La venta de alcohol ha sido prohibida en Arabia Saudita desde 1952, fecha que marcó una decisión drástica luego de que un incidente trágico involucrara a un hijo del rey Abdulaziz, quien, tras intoxicarse con alcohol, perpetró el asesinato de un diplomático británico.

Este potencial cambio en la política saudita se enmarca en las reformas sociales promovidas por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán en su ambiciosa Visión 2030, un plan que busca modernizar y diversificar la economía del país. Entre estas reformas se incluyen la apertura de cines y la celebración de festivales de música que permiten la asistencia conjunta de hombres y mujeres.

Según un comunicado emitido por el gobierno saudita, se prevé la implementación de un nuevo marco regulatorio destinado a controlar el comercio ilegal de productos alcohólicos recibidos por las misiones diplomáticas en el país. Esta medida, de ser adoptada, implicaría asignar cantidades específicas de alcohol al ingresar al territorio saudita, en un intento por poner fin al intercambio no regulado que ha predominado hasta ahora.

Las restricciones actuales en Arabia Saudita hacen que la mayoría de los 32 millones de habitantes tengan un acceso muy limitado a bebidas alcohólicas. Aparte de las excepciones para asistir a eventos diplomáticos, las alternativas para conseguir alcohol incluyen la producción casera de vino o la compra en el mercado negro, donde los precios pueden alcanzar cifras exorbitantes, especialmente en períodos festivos como la víspera de Año Nuevo.

Las sanciones por consumo o posesión de alcohol según la ley saudita son severas e incluyen multas, penas de cárcel, flagelación pública e incluso deportación para los extranjeros que infrinjan estas normativas.