¡Polémica en EEUU! La iglesia americana carga contra Trump por su imagen vestido de Papa
Obispos y figuras religiosas denuncian que el presidente ha ofendido a la Iglesia católica en un momento especialmente delicado tras la muerte del Papa Francisco
Una nueva polémica envuelve al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras la publicación en sus redes sociales de una imagen creada con inteligencia artificial en la que aparece ataviado como si fuera el Papa. La imagen, que se difundió apenas días antes del inicio del cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia católica, ha provocado indignación en círculos religiosos y ha sido calificada como una "falta de respeto" hacia la fe católica.
Uno de los primeros en reaccionar ha sido el obispo Thomas Paprocki, de Illinois, quien no ha dudado en exigir una disculpa pública por parte de Trump. A juicio del prelado, el presidente se ha burlado "de Dios, de la Iglesia y del Papado", en un momento especialmente sensible para millones de fieles que aún lloran la pérdida del Papa Francisco y siguen con atención el proceso de elección de su sucesor.
Críticas desde la Iglesia estadounidense
El malestar dentro de la jerarquía eclesiástica ha ido en aumento. Otro de los que se ha pronunciado ha sido el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, quien también ha mostrado su incomodidad con la imagen difundida por Trump. “No estuvo bien”, ha afirmado al ser preguntado por los medios, dejando clara su postura sobre lo inapropiado del gesto.
Desde Roma, y a solo tres días del inicio oficial del cónclave, voces del Vaticano han recogido el sentir generalizado de rechazo, apuntando que el máximo mandatario estadounidense, en palabras del cardenal estadounidense con una expresión italiana, “ha quedado mal”.
Un momento inoportuno para la burla
La publicación de la imagen se produce en un contexto de duelo y transición para la Iglesia católica, lo que ha multiplicado el impacto de la polémica. Trump, por su parte, ha llegado incluso a bromear con la posibilidad de convertirse él mismo en Papa, asegurando que “sería su primera opción”, en una declaración que muchos han considerado una provocación más.
Este episodio añade tensión a la ya compleja relación entre el presidente y diversos sectores religiosos. Mientras algunos seguidores lo aplauden por su estilo provocador, desde la Iglesia se le reprocha una falta de sensibilidad hacia los símbolos sagrados y hacia una comunidad que atraviesa un momento crucial.
Lo que para Trump pudo haber sido una estrategia mediática o una broma, para millones de católicos ha resultado ofensivo y desconsiderado. Y en tiempos donde la fe y el respeto son más necesarios que nunca, esta nueva controversia reabre el debate sobre los límites de la libertad de expresión y el uso de la inteligencia artificial con fines políticos o satíricos.
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