Undécimo lío aéreo en Estados Unidos: más de cien vuelos cancelados por un "error de seguridad"
Durante 90 segundos, los controladores perdieron toda comunicación con los aviones, provocando más de 100 cancelaciones y 200 retrasos
Una interrupción crítica en el sistema de control de tráfico aéreo ha provocado la cancelación de más de un centenar de vuelos en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey), uno de los principales de la región metropolitana de Nueva York. El incidente, que ha generado también más de 200 retrasos, pone en evidencia las deficiencias tecnológicas de un sistema que la propia Administración Federal de Aviación (FAA) ha calificado como “anticuado” y que afecta directamente al bienestar del personal y a la seguridad operativa.
El origen de la situación se remonta a la semana pasada, cuando los controladores del área C del TRACON de Filadelfia —encargados de gestionar el tránsito de aeronaves en los alrededores del aeropuerto— perdieron completamente la capacidad de comunicarse con los aviones durante un lapso de 90 segundos. Durante ese tiempo crítico, no pudieron ver, oír ni hablar con las aeronaves, según denunció el sindicato de controladores NATCA, que representa a unos 20.000 trabajadores del sector.
Este silencio absoluto en el espacio aéreo no solo generó una alarma técnica sin precedentes, sino que también obligó a varios controladores a acogerse a la Ley de Compensación de Empleados Federales, que cubre a quienes experimentan episodios traumáticos en el desempeño de sus funciones. El sindicato ha calificado lo ocurrido como un hecho grave, no solo por sus consecuencias inmediatas, sino por las condiciones estructurales que lo propiciaron.
Una red tecnológica al límite
A pesar de que aún se desconocen las causas exactas del fallo de comunicación, la FAA ha sido clara: el sistema de control aéreo necesita una modernización urgente. En un mensaje publicado en X, la agencia afirmó que está trabajando en una configuración más resiliente del sistema junto a las operadoras de telecomunicaciones locales.
“El sistema actual está afectando a nuestra plantilla y a la eficiencia del tráfico aéreo”, aseguró el secretario de Transportes, Sean Duffy, quien adelantó que la próxima semana presentará un plan para construir un nuevo sistema de control completamente actualizado. “Es fundamental que pongamos la mejor tecnología de seguridad a disposición de nuestros controladores lo antes posible”, subrayó.
Una llamada de atención a escala nacional
Este incidente ha encendido las alarmas en un momento en que la industria aeronáutica de Estados Unidos se enfrenta a retos crecientes: aumento del volumen de vuelos, infraestructuras saturadas y personal sometido a una elevada presión. La situación vivida en Newark no solo afecta a una ciudad o a un aeropuerto, sino que refleja una vulnerabilidad estructural que exige respuestas rápidas y firmes a nivel federal.
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