A partir del 1 de julio, en Francia estará prohibido fumar en una amplia gama de espacios públicos al aire libre, como playas, parques, paradas de autobús, instalaciones deportivas y zonas escolares. La medida, impulsada por el Gobierno francés, busca reducir el impacto del tabaquismo en la salud pública, especialmente entre los menores.
“Donde hay niños, el tabaco debe desaparecer”, afirmó Catherine Vautrin, ministra de Trabajo, Salud, Solidaridad y Familias. La ministra destacó que el tabaquismo es responsable de unas 75.000 muertes anuales en el país, lo que equivale a más de 200 fallecimientos diarios. “Es la principal causa de muerte evitable”, subrayó.
El objetivo de la nueva normativa es ambicioso: lograr la primera generación sin tabaco. Aunque actualmente está permitido que los menores fumen, no pueden comprar productos relacionados con el tabaco, y el Gobierno no descarta una prohibición total en el futuro.
Los cigarrillos electrónicos no estarán incluidos por ahora en esta regulación, aunque se están elaborando protocolos específicos para su uso. Según un estudio reciente del Observatorio Francés de Drogas y Conductas Adictivas (OFDT), el consumo de tabaco entre jóvenes está en descenso.
Con esta medida, Francia refuerza su estrategia de salud pública y se alinea con las políticas europeas más restrictivas en materia de tabaco.
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