Segunda vuelta electoral en Polonia: Trzaskowski vs Nawrocki, los favoritos que decidirán el futuro de Europa
Rafal Trzaskowski simboliza un apoyo en el gobierno de Tusk, mientras que Karol Nawrocki llega como candidato del PiS.
Este domingo, los ciudadanos de Polonia vuelven a las urnas por segunda vez en tan solo dos semanas. No se trata de una cita electoral cualquiera, sino de la decisiva segunda vuelta que determinará al próximo presidente de la república y, en consecuencia, el futuro político e ideológico de un país clave en Europa. Polonia se encuentra inmersa en un intenso debate sobre si continuar profundizando su integración en la Unión Europea o si, por el contrario, optar por un camino más aislacionista y nacionalista, que ha ganado fuerza en los últimos años.
Participación récord y movilización sin precedentes
Desde la primera vuelta, celebrada el 18 de mayo, se ha vivido una movilización sin precedentes en Polonia. Con una participación del 67,3%, se alcanzó la tasa más alta de asistencia a unas presidenciales desde la caída del régimen soviético. Este hecho ya marcaba la trascendencia del proceso y la alta implicación ciudadana ante la crisis política que vive el país.
El Ministerio de Exteriores ha confirmado que esta movilización se ha extendido también a la comunidad polaca en el extranjero, donde se han inscrito casi 700.000 ciudadanos para votar en esta segunda vuelta, aumentando en más de 190.000 el número de votantes respecto al primer turno, cuando solo 510.000 ejercieron su derecho. Este dato, proporcionado por la agencia PAP, refleja la gran expectación y la importancia que los polacos fuera del país otorgan a este proceso.
Los dos candidatos: un duelo cara a cara
Los dos finalistas que se enfrentan son, por un lado, Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia y figura clave de la Coalición Cívica, partido liderado por el primer ministro Donald Tusk. Trzaskowski ganó la primera vuelta con un 31,36% de los votos, posicionándose como candidato progresista y europeísta, defensor de una agenda social que incluye la derogación de la restrictiva ley del aborto y la ampliación de los derechos LGTBI.
Por otro lado, Karol Nawrocki, historiador y candidato oficial del partido conservador y nacionalista Ley y Justicia (PiS), obtuvo un ajustado 29,54% en la primera vuelta. Aunque Nawrocki ha tomado cierta distancia respecto a algunas políticas del PiS, su base electoral y el apoyo del partido siguen siendo firmes. Nawrocki cuenta también con el respaldo de algunas figuras de la extrema derecha europea y ha mantenido breves encuentros con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Ambos candidatos buscan al electorado indeciso y a la ultraderecha como factor clave
La última semana ha sido una carrera frenética para atraer al voto indeciso. Tanto Trzaskowski como Nawrocki han mantenido encuentros virtuales con Slawomir Mentzen, el líder ultraderechista que quedó tercero en la primera vuelta con un 14,8%. Mentzen, el político polaco más popular en redes sociales (1,6 millones de seguidores en TikTok), no ha dado apoyo explícito a ningún candidato, pidiendo a sus seguidores que decidan libremente, mientras lanzaba duras críticas tanto a Nawrocki como a Trzaskowski.
Las encuestas apuntan a que el 83% de los votantes de Mentzen se decantarían por Nawrocki, según la encuesta de Opinia24, mientras que otra de United Surveys indica un apoyo más repartido (44% para Nawrocki, 35% para Trzaskowski). Además, Grzegorz Braun, político de extrema derecha y abiertamente antisemita que quedó cuarto en la primera vuelta con un 6,3%, ha pedido abiertamente el voto para Nawrocki, reforzando aún más la apuesta conservadora.
Llamamiento a la movilización: “Dadnos fuerza”, clama Tusk
Durante una multitudinaria concentración en Varsovia el pasado domingo, el alcalde Trzaskowski hizo un llamamiento a movilizar a todos los votantes posibles, reafirmando su apuesta por una Polonia abierta a Europa y a los valores progresistas. “Estamos en la recta final, necesitamos todos los votos”, declaró con firmeza.
El primer ministro Donald Tusk reiteró su apoyo público a Trzaskowski, insistiendo en que el voto a su favor es clave para “cambiar Polonia como prometimos” y para garantizar que el país siga siendo un pilar fundamental dentro de la UE. Tusk es plenamente consciente de que la presidencia es una pieza clave para evitar conflictos institucionales como los vividos durante el último año y medio con el presidente saliente, Andrzej Duda, aliado del PiS. Duda, que deja el cargo tras dos mandatos consecutivos, no puede volver a presentarse.
Nawrocki, el candidato nacionalista que mira más allá del PiS
Karol Nawrocki es un perfil interesante dentro de la política polaca: exboxeador, dirige una institución encargada de investigar crímenes nazis y comunistas, y pese a estar vinculado al PiS, en algunos momentos ha mostrado distancias con la línea oficial. Su apoyo proviene sobre todo de votantes conservadores y nacionalistas que ven en él la opción para mantener la hegemonía del PiS y la defensa de los valores tradicionales polacos.
Nawrocki ha contado con el respaldo de actores internacionales de ultraderecha como George Simion, líder rumano que, aunque no ganó las presidenciales en Rumanía ese mismo 18 de mayo, ha expresado su apoyo a la candidatura nacionalista polaca.
Un país en tensión: un pulso entre modernidad y tradición
Estas elecciones presidenciales no son solo una votación para un cargo. Son la expresión viva de una Polonia fragmentada, donde la batalla es entre dos modelos de país: una Polonia integrada y activa en la UE, con un perfil progresista, o una Polonia que opta por reforzar su soberanía y tradiciones, con un discurso nacionalista y conservador que ha ido ganando peso.
Lo que decidan los votantes este domingo tendrá consecuencias claras en la política interna y externa, poniendo en juego la imagen y el futuro de un país en plena redefinición.
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