Nuevo fracaso en el intento de llegar a la Luna: se estrella a pocos metros de la superficie
La misión privada Success 9, liderada por ispace, pretendía marcar un hito para Asia y transportar el rover europeo “Tenacious”, pero un fallo técnico frustró el aterrizaje
Lo que debía ser un día histórico para la exploración lunar privada asiática, terminó en decepción. La empresa japonesa ispace, que lideraba la misión Success 9, perdió la comunicación con su módulo de aterrizaje Resilience cuando estaba a tan solo unos metros de la superficie de la Luna. Lo que siguió fue un silencio total que truncó las esperanzas de un alunizaje exitoso.
El objetivo era ambicioso: lograr el primer aterrizaje lunar de una compañía privada asiática y desplegar un rover europeo, llamado Tenacious, diseñado para explorar el terreno lunar. Pero poco antes de tocar suelo, todo se desvaneció.
Un momento crítico que no tuvo final feliz
La maniobra de aterrizaje se produjo el jueves 5 de junio de 2025 a las 21:17 horas. En la sede de ispace, ubicada en Tokio, se seguía el momento en directo, incluso con retransmisión por YouTube. Todo parecía marchar bien: el módulo descendía desde una altitud de 100 kilómetros, el motor principal funcionaba y el sistema de control estaba operativo.
Sin embargo, cuando faltaban menos de dos minutos para el aterrizaje, se perdió la señal de telemetría. De forma repentina, se dejaron de recibir datos y no hubo más comunicación con la nave. Horas más tarde, la compañía confirmó oficialmente el fracaso de la misión.
El fallo: posible error en el sistema de medición de distancia
En una comparecencia posterior, el fundador y presidente de ispace, Takeshi Hakamada, explicó que el problema pudo deberse a una velocidad de descenso incorrecta, provocada probablemente por un fallo en el sistema láser que calculaba la distancia del módulo con respecto al suelo lunar.
“Según las condiciones que pudimos observar, es posible que el módulo haya aterrizado antes de tiempo”, señaló Hakamada.
Al parecer, la sonda no logró reducir la velocidad adecuadamente, lo que habría provocado un aterrizaje forzoso o un impacto contra la superficie lunar.
Desde la sala de control, los ingenieros afirman que su prioridad ahora es analizar todos los datos recopilados antes del fallo, para entender con precisión qué ocurrió y evitar errores similares en futuras misiones.
Segundo intento fallido para ispace
Este no es el primer revés para ispace. La compañía ya había experimentado un fracaso similar en abril de 2023, cuando otro módulo no consiguió aterrizar correctamente. Con Success 9, pretendían demostrar su capacidad tecnológica y posicionarse como referente del sector espacial privado en Asia.
El rover Tenacious, desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la filial luxemburguesa de ispace, también se vio afectado. Tenía la misión de explorar el terreno lunar y recoger datos científicos cruciales, pero no llegó a ser desplegado.
Una visión futurista: construir una economía lunar
Pese a este nuevo tropiezo, ispace mantiene firme su visión a largo plazo: convertir la Luna en un punto clave para sostener la vida en la Tierra. Según detalla la propia empresa en su web, la Luna podría convertirse en una base de operaciones para sectores como la energía, la medicina, el turismo, la agricultura o la construcción.
“Imaginamos una Luna habitada por 1.000 personas en el año 2040, con hasta 10.000 visitantes anuales”, afirma la compañía.
Este ecosistema lunar, basado en la explotación de recursos naturales como el agua, el hidrógeno o minerales, permitiría crear una economía interconectada y sostenible que beneficie tanto a la Tierra como a futuras generaciones de exploradores espaciales.
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