Israel bombardea Teherán: al menos 60 muertos, entre ellos 20 niños, según Irán

 

El corazón de Irán ha sido golpeado con una brutalidad inédita desde el inicio de las tensiones regionales más recientes. Según informó este sábado la televisión estatal iraní, al menos 60 personas —entre ellas 20 niños— habrían muerto tras un ataque aéreo israelí que en la madrugada del viernes habría impactado de lleno en un edificio residencial vinculado al Ministerio de Defensa en Teherán. El ataque ha dejado al país en estado de conmoción y ha abierto un nuevo capítulo de violencia que incrementa dramáticamente la escalada entre Israel e Irán.

El misil, presuntamente lanzado por las Fuerzas de Defensa de Israel, impactó en el complejo residencial Shahid Chamran, situado al noreste de la capital iraní. Según el canal internacional Press TV, se trata de un conjunto de viviendas destinadas a trabajadores del Ministerio de Defensa, que ahora ha quedado parcialmente derrumbado. La imagen de bloques destrozados y de cuerpos extraídos de entre los escombros ha provocado una ola de indignación entre la población y una profunda consternación internacional.

A pesar de la gravedad de los hechos, el ejército israelí no ha realizado ninguna declaración oficial sobre el ataque. Por su parte, las autoridades iraníes tampoco han proporcionado todavía una cifra oficial de víctimas. Los primeros datos de la Media Luna Roja hablan de una decena de muertos, pero fuentes de medios cercanos a la Guardia Revolucionaria, como la agencia Fars, elevan el balance a casi 80 muertos y más de 300 heridos.

Este ataque supone un golpe directo no solo al territorio iraní, sino también al tejido civil de su capital. El uso de misiles contra un objetivo residencial, aunque tenga vínculos militares, sitúa este episodio en una peligrosa frontera entre la guerra convencional y el castigo indiscriminado. La presencia confirmada de niños entre las víctimas no hace sino agravar la gravedad de una acción que, si se confirma su autoría, marcará un precedente muy delicado en el marco del conflicto regional.

El impacto psicológico y político de este ataque puede redefinir las relaciones internacionales en Oriente Medio y avivar aún más las tensiones entre dos potencias enfrentadas desde hace décadas. El mundo espera, con el corazón encogido, la respuesta oficial de Teherán y las posibles consecuencias de un ataque que podría desencadenar una nueva fase de confrontación abierta.