En una dramática escalada del conflicto en Medio Oriente, Irán lanzó casi treinta misiles contra el centro y norte de Israel como respuesta directa al ataque de Estados Unidos contra sus instalaciones nucleares dejando 86 heridos. Esta ofensiva marcó la primera acción armada de la república islámica en este enfrentamiento.
Además, Irán "se reserva todas las acciones para defender su integridad" según el ministro de AAEE iraní Abbas Araghchi.
El servicio de ambulancias israelí confirmó que al menos 86 personas resultaron heridas, dos de ellas de consideración. Entre los casos más graves se encuentra un hombre de 30 años que sufrió heridas por metralla. Además, 77 heridos presentan lesiones leves y cuatro personas fueron atendidas por cuadros de ansiedad. Tres más permanecen pendientes de evaluación médica tras los ataques que afectaron zonas de Tel Aviv, Nes Tziona y Haifa, según informó el Ministerio de Salud en un comunicado recogido por el Times of Israel.
Irán confirmó el ataque poco después y lo calificó como "la vigésima ola de la Operación Promesa Verdadera III", nombre que Teherán ha dado a su campaña de represalias contra Israel tras nueve días de ataques israelíes en territorio iraní. Según las autoridades iraníes, la ofensiva se llevó a cabo con una combinación de misiles de combustible líquido y sólido de largo alcance, equipados con ojivas de gran potencia.
Los objetivos iraníes incluyeron el Aeropuerto Internacional Ben Gurion, un centro de investigación biológica, bases logísticas y varios niveles de centros de mando y control israelíes.
Este ataque representa una nueva y peligrosa escalada en una región ya extremadamente volátil, aumentando el riesgo de un conflicto abierto que podría tener repercusiones globales. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente preocupación el desarrollo de estos acontecimientos.
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