Trump desata una tormenta global con el ataque a Irán: ¿Camino a la paz o a una guerra sin retorno?
El presidente de EE. UU. lanza un ataque sin autorización del Congreso ni pruebas públicas sobre una bomba iraní
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado un bombardeo directo contra instalaciones nucleares iraníes, en una decisión que lo alinea abiertamente con la campaña aérea de Israel contra Teherán. La operación, que incluyó ataques a la planta subterránea de Fordow con bombas rompe-búnkeres, representa la intervención militar estadounidense más significativa en la región en años y plantea riesgos incalculables de escalada.
La ofensiva marca un drástico cambio respecto a la promesa electoral de Trump de evitar nuevas guerras en el extranjero. Aunque el mandatario aseguró que los ataques fueron un “gran éxito” y advirtió que Irán debe ahora “optar por la paz o enfrentar más consecuencias”, la respuesta de Teherán ha sido de desafío abierto, advirtiendo que todos los intereses estadounidenses en la región son ahora blancos legítimos.
Irán, debilitado pero con capacidad de respuesta
A pesar de los severos daños sufridos en sus instalaciones militares y nucleares tras días de ataques israelíes y ahora estadounidenses, Irán mantiene activos sistemas de misiles de corto alcance y una red regional de milicias aliadas. Entre ellas, Kata'ib Hezbolá en Irak y los hutíes en Yemen han emitido amenazas directas contra intereses estadounidenses.
El arsenal de largo alcance de Irán ha sido significativamente reducido, pero como señala The Guardian, aún posee suficientes medios para infligir daños en represalia. El periódico británico destaca también que parte de la capacidad disuasoria iraní ha sido erosionada por los bombardeos, lo que reduce sus opciones, pero no las elimina.
El espectro de una guerra prolongada
Diversos expertos han advertido que esta ofensiva podría llevar a Estados Unidos a un conflicto más extenso de lo que la Casa Blanca anticipa. Aaron David Miller, exnegociador para Medio Oriente en varias administraciones estadounidenses, declaró a France 24 que, aunque Irán ha sido militarmente degradado, posee una amplia gama de capacidades asimétricas para responder, y que esto “no va a terminar rápido”.
Jonathan Panikoff, exfuncionario de inteligencia estadounidense para la región, citado también por France 24, advirtió que si el régimen iraní percibe que su supervivencia está en juego, responderá con ataques desproporcionados. Por su parte, Laura Blumenfeld, analista de la Universidad Johns Hopkins, subrayó el peligro de que la misión evolucione hacia un intento de cambio de régimen, advirtiendo que “los huesos de muchas misiones morales fallidas de EE. UU. están enterrados en las arenas de Oriente Medio”.
Karim Sadjadpour, de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, afirmó que “es más probable que esto abra un nuevo capítulo de la guerra de 46 años entre Estados Unidos e Irán, en lugar de concluirla”, según recoge France 24.
Perspectiva de CNN: incertidumbre y riesgo
La cadena estadounidense destaca que Trump ha puesto a Irán, a Oriente Medio y a su propia presidencia en un punto de no retorno. Brett McGurk, analista de CNN y exfuncionario en Medio Oriente, afirmó que “si alguien te dice que sabe hacia dónde va esto, los buenos optimistas o los más pesimistas… no tienen idea de lo que están hablando. Nadie lo sabe”.
CNN resalta que, aunque Trump proclamó la aniquilación del programa nuclear iraní, no presentó pruebas concluyentes y desestimó evaluaciones de inteligencia que indicaban que Irán aún estaba a años de obtener un arma nuclear. El medio subraya que la decisión de atacar sin consenso del Congreso ni preparación suficiente genera incertidumbre sobre la evolución del conflicto.
Asimismo, se señala el riesgo de que Irán pueda responder con ataques contra bases, personal o civiles estadounidenses en la región o más allá, lo que podría desencadenar una guerra a gran escala. El analista de CNN alerta que el legado de guerras prolongadas en Irak y Afganistán podría repetirse si no se maneja con cautela.
El dilema estratégico del Estrecho de Ormuz
Una de las amenazas más serias que penden sobre la economía global es la posibilidad de que Irán bloquee el Estrecho de Ormuz, por donde transita más del 20% del petróleo mundial. Líderes iraníes de línea dura han sugerido esta opción como represalia directa contra Trump, una acción que tendría un efecto inflacionario inmediato en EE. UU. justo antes de las elecciones legislativas de 2026.
The Guardian señala que, aunque cerrar Ormuz perjudicaría también a Irán y sus aliados árabes, podría servir para imponer un coste económico directo a Washington. Sin embargo, Teherán podría optar por una “venganza fría”, retrasando sus represalias como ha hecho en anteriores ocasiones.
Un frente diplomático cerrado
Antes de los ataques, Trump alternaba amenazas militares con llamados a renegociar el acuerdo nuclear, pero al concluir que Irán no tenía intención de volver a la mesa, optó por la vía militar. Un funcionario de la Casa Blanca citado por France 24 afirmó que el presidente se convenció de que los ataques eran “lo correcto” tras evaluar una alta probabilidad de éxito operativo.
No obstante, desde Teherán la señal fue clara: no hay intención de retroceder. La Organización de Energía Atómica de Irán declaró que continuará desarrollando su industria nuclear nacional. El ministerio de Relaciones Exteriores iraní afirmó que el país “resistirá con todas sus fuerzas” cualquier agresión.
Eric Lob, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional de Florida, explicó a France 24 que Irán podría buscar una salida diplomática en el futuro, aunque “desde una posición mucho más débil”. También reconoció que una vía probable serían ataques contra “objetivos fáciles” estadounidenses o israelíes dentro y fuera de la región.
Reacciones y divisiones internas en EE. UU.
Dentro de Estados Unidos, la decisión ha generado divisiones no solo entre demócratas y republicanos, sino también dentro del propio partido de Trump. France 24 subraya que el ala antiintervencionista de la base republicana MAGA ha expresado rechazo, preocupada por una escalada militar prolongada.
Richard Gowan, director de la oficina de Naciones Unidas del International Crisis Group, declaró a CNN que “Trump está de vuelta en el negocio de la guerra”, y cuestionó la credibilidad de su discurso pacificador: “No estoy seguro de que nadie en Moscú, Teherán o Beijing haya creído alguna vez su perorata de que es un pacificador”.
Demócratas en el Capitolio han acusado a Trump de violar la Constitución por atacar sin consultar al Congreso ni presentar una estrategia clara. El senador Mark Warner advirtió que la decisión se tomó sin considerar las conclusiones de la comunidad de inteligencia y sin informar adecuadamente al pueblo estadounidense, según reportó CNN.
Epílogo: promesas incumplidas y un legado en juego
A solo cinco meses de iniciado su segundo mandato, Trump se encuentra involucrado en una crisis internacional que contradice sus promesas de campaña de acabar con las guerras en Ucrania y Gaza. Su lema de “paz a través de la fuerza” se enfrenta ahora a su prueba más dura, mientras el mundo observa si Estados Unidos ha reabierto un conflicto de consecuencias imprevisibles en Medio Oriente.
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