Rutte se muestra convencido que los aliados de la OTAN pactarán el 5%: "No hay alternativa"
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se ha mostrado convencido que los 32 aliados acordarán destinar el 5% del PIB a Defensa en la próxima década, a pesar de reconocer que es una decisión "difícil" pero "sin alternativa" ante la amenaza rusa. A pesar de que la propuesta desglosa este 5% en un 3,5% para gasto militar puro y un 1,5% para seguridad, varios países, incluyendo Italia, Canadá y Bélgica, han mostrado reticencias. España ha liderado la oposición al nuevo umbral fijo, consiguiendo flexibilidad para definir su propia senda de gasto en defensa.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se ha mostrado este miércoles convencido que los 32 aliados de la Alianza Atlántica pactarán el nuevo horizonte de gasto para dedicar el 5% a Defensa la próxima década. A pesar de reconocer que la decisión es "difícil", Rutte ha insistido que "no hay alternativa" ante la amenaza que, segundos él, representa Rusia. "Son decisiones difíciles, seamos sinceros. Los políticos tienen que tomar decisiones en la escasez", ha asegurado el líder de la OTAN a su llegada a la cumbre de La Haya. En esta cita se prevé que se confirme la senda de gasto hasta el 2035. Rutte ha minimizado la oposición de España al nuevo umbral, asegurando que no lo preocupa que la postura del presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, haga descarrilar el encuentro. Rutte ha recalcado que los países de la OTAN "tienen que encontrar el dinero" y tomar "decisiones políticas". "Lo reconozco totalmente", ha admitido, si bien ha reiterado que "no hay alternativa" a disparar el gasto ante el escenario internacional turbulento.
Un 5% sobre la mesa para la próxima década
La cumbre de La Haya tiene un único tema central: la senda de inversión en defensa para la próxima década. Se espera que todos los países se comprometan con el nuevo listón del 5% del PIB, una cifra que reclama con insistencia el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Este porcentaje se desglosa en una propuesta de dedicar el 3,5% a gasto en Defensa "pura" y un 1,5% adicional para inversiones relativas a seguridad, sumando así el umbral del 5%.A pesar de que algunos aliados como Italia, Canadá, Eslovaquia o Bélgica han expresado sus dificultades con este objetivo de gasto, España ha sido el país que ha abanderado el 'no' al nuevo horizonte. En una negociación contrarreloj previa a la cumbre, Madrid ha conseguido que la OTAN le conceda flexibilidad para fijar su propia senda de gasto.
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