Trump, acorralado por la reapertura del caso Epstein y su ambigua postura sobre Rusia
El contenido, de carácter sexual y con tono críptico, ha provocado un terremoto mediático y político que amenaza con erosionar su apoyo dentro del movimiento MAGA y del Partido Republicano.El documento, revelado por el Wall Street Journal, contiene un dibujo explícito de una mujer desnuda y una dedicatoria firmada como "Donald", en la que se lee: “Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro maravilloso secreto.” La autenticidad de la carta ha sido puesta en duda por el propio Trump, quien la califica de "falsificación" y ha anunciado una demanda por difamación contra el diario y sus responsables por valor de 10.000 millones de dólares.La publicación ha reavivado el debate sobre la relación entre Trump y Epstein, así como sobre el alcance de los vínculos personales y políticos que el expresidente mantuvo con figuras controvertidas.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta una de las mayores crisis políticas de su trayectoria tras la publicación de una carta supuestamente enviada en 2003 al financiero y delincuente sexual Jeffrey Epstein. El contenido, de carácter sexual y con tono críptico, ha provocado un terremoto mediático y político que amenaza con erosionar su apoyo dentro del movimiento MAGA y del Partido Republicano.
El documento, revelado por el Wall Street Journal, contiene un dibujo explícito de una mujer desnuda y una dedicatoria firmada como "Donald", en la que se lee: “Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro maravilloso secreto.” La autenticidad de la carta ha sido puesta en duda por el propio Trump, quien la califica de "falsificación" y ha anunciado una demanda por difamación contra el diario y sus responsables por valor de 10.000 millones de dólares.
La publicación ha reavivado el debate sobre la relación entre Trump y Epstein, así como sobre el alcance de los vínculos personales y políticos que el expresidente mantuvo con figuras controvertidas. Para intentar contener el daño, Trump ha ordenado al Departamento de Justicia, dirigido por la fiscal general Pam Bondi, que desclasifique parte del sumario del caso Epstein, incluidos los testimonios ante el gran jurado.
Sin embargo, la estrategia ha tenido un efecto ambiguo. Parte de su base más radical ha expresado públicamente su descontento. En redes sociales, numerosos seguidores han compartido vídeos quemando gorras de campaña como símbolo de decepción y ruptura. Paralelamente, figuras destacadas del Partido Republicano, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han exigido transparencia total en torno al llamado “Epstein file”.
A esta situación se suma el malestar generado por la postura de Trump sobre la guerra en Ucrania. Pese a su admiración previa por Vladímir Putin, ha autorizado un nuevo paquete de armamento para el Gobierno de Kiev. Esta decisión ha sido interpretada como una traición por parte del sector más prorruso de su electorado, profundizando la grieta interna en el movimiento que él mismo lidera.
Analistas consultados por medios estadounidenses han advertido de que esta crisis no se parece a ninguna de las anteriores. “Cuando tus seguidores más leales empiezan a llamarte mentiroso, el suelo bajo tus pies comienza a agrietarse”, señalaba recientemente un editorial en The Hill.
La presión para que se publiquen registros de vuelo, dispositivos electrónicos incautados y la lista completa de personas relacionadas con Epstein no cesa. La campaña de Trump, a pesar de su experiencia en gestionar polémicas, podría enfrentarse esta vez a un desafío que combine daño judicial, desgaste público y debilitamiento estructural de su base de apoyo.
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