La transformación demográfica de China: de multas por tener hijos a pagar para que los tengan
China se encuentra en una encrucijada demográfica, habiendo pasado de una estricta política de control de natalidad a una campaña desesperada por aumentar su tasa de natalidad.
Durante décadas, bajo la política del hijo único, las parejas que tenían más de un hijo se enfrentaban a multas cuantiosas, conocidas como "cuotas de mantenimiento social", que podían suponer un duro golpe para la economía familiar. Sin embargo, a medida que la población china envejece y la fuerza laboral disminuye, el gobierno ha invertido completamente su estrategia. Ahora, en lugar de imponer multas, está ofreciendo incentivos financieros para que las familias tengan más hijos.
De sanciones a subsidios
El más reciente esfuerzo del gobierno central para impulsar los nacimientos es un subsidio anual de 3,600 yuanes (aproximadamente $500) por cada niño hasta los tres años. Esta política, efectiva para los nacidos a partir del 1 de enero de 2025, es un intento de aliviar la carga económica de la crianza. Se espera que el plan, que destina 90 mil millones de yuanes en subsidios, beneficie a 20 millones de familias solo este año. Esta medida representa un compromiso nacional para abordar lo que ahora se considera una crisis demográfica urgente.
Escepticismo y altos costos de vida
A pesar de los incentivos, muchos jóvenes chinos de la generación del milenio y la Generación Z se muestran escépticos. El costo de criar a un hijo hasta los 18 años en China es extremadamente alto, con un promedio de 538,000 yuanes ($75,000). En ciudades como Shanghái y Beijing, esta cifra se eleva aún más, superando los 936,000 yuanes. Para muchos, un subsidio anual de 3,600 yuanes es "una gota en el océano" y no resuelve las preocupaciones más profundas, como los altos costos de la vivienda, la falta de seguridad laboral y la incertidumbre económica general.
La ironía de una generación
La ironía de este cambio radical no pasa desapercibida para quienes vivieron en carne propia las duras consecuencias de la política del hijo único. En redes sociales, algunos usuarios han compartido recibos antiguos que muestran las multas que sus padres tuvieron que pagar por su nacimiento, contrastando el pasado con los subsidios que se ofrecen ahora. Mientras que el gobierno busca revertir la tendencia a la baja en la natalidad, muchos jóvenes chinos, enfrentados a la presión social y la fatiga emocional, cuestionan si los incentivos económicos son suficientes para compensar los desafíos de la vida moderna. La política del hijo único terminó en 2016, y el límite se ha ido relajando gradualmente, pero las tasas de natalidad siguen en descenso.
Escribe tu comentario