Bukele militariza la educación en El Salvador: impone cortes de pelo obligatorios a los estudiantes
Nayib Bukele y la nueva ministra de Educación militarizan las aulas y exigen “disciplina total” desde la entrada de los colegios
Desde el pasado 20 de agosto, los estudiantes salvadoreños se ven obligados a someterse a una estricta revisión de su aspecto antes de entrar a clase. Cada alumno debe presentarse frente al director o directora de su centro para que se compruebe que su corte de pelo es “adecuado”; de lo contrario, se le fuerza a acudir a un peluquero hasta cumplir con los estándares impuestos por la nueva ministra de Educación, la capitana general del Ejército Karla Trigueros, y el presidente Nayib Bukele.
La medida, anunciada apenas tres días después de que Trigueros asumiera el cargo, busca supuestamente “fortalecer la disciplina y el orden” en los centros educativos. Según Bukele, la ministra, en su doble condición de capitana y doctora, posee “la capacidad, liderazgo y compromiso necesarios para preparar a las futuras generaciones”.
La normativa obliga a los colegios e institutos a recibir a los estudiantes diariamente en la puerta, comprobando uniformes, presentación personal y peinados. Además, desde el 1 de septiembre se implementarán los llamados “lunes cívicos”, actos de media hora con himno nacional, oración a la bandera y ponencias sobre personajes ilustres o hechos históricos de El Salvador.
La medida ha generado una fuerte polémica. El Frente Magisterial Salvadoreño denunció la “militarización de la Educación Pública”, mientras que el antropólogo Juan Martínez d’Aubuisson la calificó como “una de las medidas más ridículas de la dictadura”. Algunos medios y analistas destacan la contradicción: se exige una imagen rígida a los estudiantes mientras el propio presidente Bukele aparece en actos oficiales con gorras y jeans.
Sin embargo, sectores privados aplauden la decisión. Javier Hernández, presidente de la Asociación de Colegios Privados, afirma que ahora podrán “aplicar con más rigor la normativa” frente a maquillajes o uñas acrílicas. La controversia refleja la tensión entre control, disciplina y derechos de los estudiantes en la educación pública salvadoreña.
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