El primer ministro de Nepal, Khadga Prasad Oli, ha presentado su renuncia al cargo en medio de una intensa escalada de protestas y violencia en todo el país. La dimisión de Oli, de 73 años, llega tras días de manifestaciones que han dejado un saldo de al menos 19 personas muertas por la represión de las fuerzas de seguridad solo en la jornada del lunes.
Las protestas, que comenzaron como una reacción a la prohibición de 26 plataformas de redes sociales por parte del gobierno, han evolucionado hasta convertirse en un movimiento masivo contra la corrupción y el nepotismo. Manifestantes, muchos de ellos jóvenes de la "Generación Z", han desafiado el toque de queda indefinido y han continuado las movilizaciones.
La furia de los ciudadanos se vuelve violenta
La indignación se ha manifestado con actos de vandalismo contra la clase política. Las residencias de varios líderes de alto perfil, incluidos el presidente Ramchandra Paudel, el ministro del Interior Ramesh Lekhak, y los expresidentes Pushpa Kamal Dahal y Sher Bahadur Deuba, han sido incendiadas. Un portavoz de la policía de Katmandú, Shekhar Khanal, informó de "casos de fuego y ataques" en diversas áreas, mientras que las autoridades confirmaron que el edificio del Parlamento también fue objeto de un incendio.
A pesar de que el gobierno levantó la prohibición de las redes sociales en un intento por calmar los ánimos, las protestas continuaron, evidenciando un descontento mucho más profundo. Manifestantes como Bishnu Thapa Chetri y Narayan Acharya expresaron su frustración con la corrupción sistémica y la falta de oportunidades para los jóvenes. "El país se ha vuelto tan malo que para nosotros, los jóvenes, no hay motivos para quedarnos aquí", afirmó Thapa Chetri a Associated Press.
Reacción de la comunidad internacional
La escalada de la violencia ha captado la atención de la comunidad internacional. Los embajadores de varios países, incluidos Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, emitieron un comunicado conjunto en el que se declararon "entristecidos por la violencia" e instaron a "la máxima moderación". Por su parte, la vecina India, con una gran población de trabajadores nepalíes, ha declarado que está "supervisando de cerca" los acontecimientos. El ejército nepalí ha hecho un llamamiento a la calma, pidiendo a la gente que "ejerza la moderación" ahora que la renuncia del primer ministro ha sido aceptada.
Escribe tu comentario