Netanyahu denuncia a Sánchez por ‘amenaza genocida’ después de las declaraciones sobre la guerra en Gaza

La tensión diplomática entre España e Israel se eleva después de que Benjamin Netanyahu calificara de “amenaza genocida” las palabras del presidente Pedro Sánchez sobre la incapacidad militar española para parar la ofensiva en Gaza. El incidente abre un debate internacional sobre comunicación política y sensibilidad histórica.

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu - Maayan Toaf/ - Archivo - Europa Press

 

El conflicto verbal entre Madrid y Jerusalén empieza después de que Pedro Sánchez afirmara que España no dispone de “bombas nucleares, tampoco portaaviones ni grandes reservas de petróleo” para intervenir en la guerra en Gaza. Así mismo, el presidente subrayó: “Nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero esto no significa que no dejamos de intentarlo. Porque hay causas por las cuales merece la pena luchar, aunque no esté en nuestras únicas manos ganarlas”.

Esta afirmación, hecho en el marco del anuncio de un paquete de nuevo medidas diplomáticas para intentar frenar la ofensiva israelí y apoyar a la Autoridad Palestina, ha sido interpretada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como una amenaza grave. A través de su cuenta oficial a X, Netanyahu escribió: “El primer ministro español Sánchez dijo ayer que España no puede detener la batalla de Israel contra los terroristas de Hamás porque 'España no tiene armas nucleares'. Esto supone una flagrante amenaza genocida contra el único Estado judío del mundo”.

El mandatario israelà añadió un comentario histórico y contundente: “Aparentemente para Sánchez la Inquisición, la expulsión de los judíos de España y el asesinato masivo de judíos en el Holocausto no es suficiente. Increíble”.

 

Apoyo interno israelí y medidas de represalia


Las palabras de Netanyahu coinciden con las de su ministro de Exteriores, Gideon Saar, que el lunes anterior había acusado Sánchez de intentar “distraer la atención de los graves escándalos de corrupción” y de mostrar “falta de conciencia histórica” respecto a la expulsión de los judíos en 1492, calificada como “completa limpieza étnica”.

En respuesta a la polémica, el Gobierno de Israel ha adoptado medidas concretas: la vicepresidenta segunda de España, Yolanda Díaz, y la ministra de Juventud, Sira Riego, han sido vetadas y no podrán entrar al país, reflejando la extensión inmediata de la tensión diplomática entre ambos ejecutivos.

 

Contexto de las declaraciones de Sánchez


Las afirmaciones del presidente español se produjeron en un contexto diplomático delicado: el anuncio de medidas para intentar frenar la guerra en Gaza y defender los derechos humanos de la población palestina, incluyendo la prohibición de entrada en ministros ultraderechistas israelíes. Sánchez remarcó: “Nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero esto no significa que no dejamos de intentarlo”, subrayando que España actuaría a través de la diplomacia e iniciativas humanitarias, no por vía militar directa.

 

Repercusiones diplomáticas y geopolíticas


El incidente ha tenido un impacto inmediato sobre la relación bilateral. Analistas internacionales señalan que la acusación de Netanyahu podría dificultar la coordinación en foros globales, especialmente en debates sobre la crisis en Gaza y la mediación entre Israel y Palestina.

En España, la polémica sitúa el Gobierno en una posición delicada: tiene que combinar la defensa de los derechos humanos y la presión internacional sobre el conflicto en Oriente Medio con la necesidad de mantener relaciones estratégicas con Israel, un aliado clave en la región.

 

Reacciones de expertos


Especialistas en relaciones internacionales subrayan que la situación evidencia la fragilidad de la diplomacia cuando se combinan declaraciones públicas con contextos históricos sensibles. Cómo recuerda un experto consultado: “Cada frase de líderes mundiales puede ser reinterpretada según el contexto cultural e histórico, convirtiendo la comunicación política en un ejercicio extremadamente delicado”.

Los analistas coinciden que Sánchez buscaba transmitir un mensaje de diplomacia y acción pacífica: “Porque hay causas por las cuales merece la pena luchar, aunque no esté en nuestras únicas manos ganarlas”, indicando la voluntad de España de mediar sin comprometer la seguridad ni involucrar militarmente.

 

Perspectivas de futuro


Este episodio posa de relevo la importancia de la precisión en la comunicación diplomática. El desenlace dependerá de la capacidad de Madrid y Jerusalén de dialogar y aclarar malentendidos, así como de la presión internacional para preservar la estabilidad regional. Mientras tanto, la polémica sigue generando debate político y mediático, demostrando como una frase puede desencadenar consecuencias diplomáticas de gran alcance.

 

 

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