Los israelíes se cansan de Netanyahu: la mayoría pide su dimisión, según una encuesta

La mayoría de los israelíes cree que ha llegado el momento de poner fin a la guerra en Gaza, según una encuesta del Instituto para la Democracia de Israel (IDI) publicada el lunes, justo cuando negociadores israelíes y de Hamas llegaban a Egipto para abordar el plan de paz de 20 puntos propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump.

El 66% de los israelíes considera que el conflicto debe terminar, 13 puntos más que en 2024. La principal razón citada por los encuestados judíos (50,5%) y árabes israelíes (34,5%) es el peligro que corren los rehenes, mientras que quienes creen que la guerra debe continuar argumentan la necesidad de derrocar a Hamas o liberar a los rehenes.

La encuesta también revela un fuerte rechazo social a Benjamin Netanyahu, con un 66% de los encuestados opinando que debería asumir responsabilidad por los fallos que rodearon el ataque del 7 de octubre, ya sea dimitiendo de inmediato (45%) o tras la guerra (19%). Entre árabes israelíes, la cifra que pide su dimisión inmediata sube al 67%. Incluso entre sectores de judíos centristas y de izquierdas, el apoyo a su renuncia es mayoritario.

A nivel internacional, organizaciones como la ONU, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado que la ofensiva israelí en Gaza ha producido graves violaciones del derecho internacional humanitario, alertando sobre la posibilidad de crímenes de guerra y genocidio. Estas denuncias han aumentado la presión sobre el Gobierno israelí y reflejan un creciente aislamiento político y moral a nivel global.

El plan estadounidense busca un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, liberando a 250 condenados a cadena perpetua y más de 1.700 detenidos tras el 7 de octubre. Mientras tanto, la sociedad israelí se encuentra dividida entre quienes apoyan continuar la ofensiva y quienes exigen un cese inmediato de hostilidades para proteger vidas civiles.

La encuesta, realizada entre el 14 y 18 de septiembre a 1.000 participantes, muestra que la población está cada vez más harta del liderazgo de Netanyahu, y refleja un país que cuestiona no solo la estrategia militar sino la legitimidad de su gestión política tras uno de los ataques más mortíferos de su historia reciente.