Argentina decide su destino político: una elección para redefinir el poder, la economía y el futuro de Milei

El país vive una jornada decisiva con la renovación parcial del Congreso y la implementación de la Boleta Única de Papel. Libertarios y peronistas se enfrentan en una contienda que podría alterar el equilibrio institucional y marcar el rumbo económico del país.

|
EuropaPress 6980070 september 24 2025 new york city new york new unga 80 plenary meeting (1)
El presidente de Argentina, Javier Milei. - Archivo - Europa Press

 

La Argentina llega a las urnas en un momento de máxima tensión política y económica. Lo que está en juego no es solo la renovación legislativa: es la posibilidad de un nuevo mapa de poder que puede consolidar o limitar el experimento libertario encabezado por Javier Milei. En un contexto de inflación contenida pero recesión creciente, y con una sociedad polarizada hasta el extremo, la elección de este domingo se presenta como un punto de inflexión para el país y para su presidente.

 

El estreno de un nuevo sistema electoral

Por primera vez, las elecciones legislativas argentinas se realizan bajo el sistema de Boleta Única de Papel (BUP), un cambio institucional que busca simplificar el voto y reducir las irregularidades del antiguo modelo de lista sábana. Más de 36 millones de electores están habilitados para participar en unos comicios que definirán 127 bancas en la Cámara de Diputados y 24 en el Senado.

La innovación genera tanto expectativa como incertidumbre: autoridades electorales reconocen que existe “preocupación por el aumento del voto nulo ante la falta de capacitación y la novedad del formato”. Sin embargo, especialistas señalan que la BUP podría convertirse en un avance para la transparencia y la fiscalización partidaria.

El debut de este sistema coincide con un escenario de desafección ciudadana. En los comicios provinciales previos, la participación cayó a un 58%, veinte puntos menos que el promedio histórico. Esa apatía se traduce en un clima de abstención y desencanto político que podría ser determinante.

 

Una pulseada entre dos visiones de país

El oficialismo de La Libertad Avanza (LLA) y el peronismo agrupado en Fuerza Patria concentran el grueso de las expectativas y el protagonismo. Ambas fuerzas encarnan proyectos opuestos: uno que promueve una economía liberal de shock, y otro que defiende el rol del Estado como herramienta de protección social.

Según las proyecciones más consistentes, una diferencia superior a tres puntos porcentuales entre los bloques podría reconfigurar la dinámica política y económica. Un triunfo libertario consolidaría la agenda de reformas estructurales de Milei; una derrota, en cambio, lo obligaría a “replantear su gabinete y su programa económico”, reconocen fuentes del propio Ejecutivo.

Para el presidente, la elección es una especie de referéndum sobre su gestión. Su estrategia se centra en recuperar el apoyo de los votantes independientes y de sectores medios que respaldaron su llegada al poder, pero que ahora expresan desencanto frente a las consecuencias sociales del ajuste. La provincia de Buenos Aires, bastión opositor, se presenta como el epicentro de esa disputa.

 

Crisis, fracturas y figuras en juego

El oficialismo enfrenta la campaña más difícil desde la llegada de Milei al poder. La salida de José Luis Espert de la lista bonaerense —tras un escándalo político que lo forzó a declinar su candidatura— dejó una herida abierta en la coalición. Aunque su nombre aún figura en las papeletas por decisión judicial, el reemplazo recayó en Diego Santilli, secundado por Karen Reichardt, una ingeniera sin experiencia política que simboliza el perfil “antipolítico” de LLA.

En contraste, el peronismo apuesta a una fórmula clásica: Jorge Taiana, exministro y dirigente de larga trayectoria, lidera la lista en Buenos Aires. Su figura representa la continuidad institucional dentro de una coalición que llega con figuras clave en distintos planos: Cristina Kirchner, bajo prisión domiciliaria; Axel Kicillof, perfilándose como posible candidato presidencial para 2027; y Sergio Massa, quien mantiene un rol discreto pero crucial en la unidad interna.

Dentro del espacio peronista, algunos dirigentes hablan en voz baja del “milagro de la resurrección”, en alusión a la capacidad del movimiento de llegar unido a la contienda pese a las tensiones que casi rompen la coalición semanas antes del cierre de listas.

 

El surgimiento de un tercer actor: Provincias Unidas

Más allá de la polarización, un nuevo bloque busca espacio en el tablero nacional: la alianza Provincias Unidas, conformada por seis gobernadores de distintas filiaciones (macristas, radicales e independientes). El grupo, liderado por Juan Schiaretti, aspira a un equilibrio federal que descentralice el poder político de Buenos Aires.

Schiaretti, acompañado por referentes como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes) e Ignacio Torres (Chubut), impulsa una estrategia que busca “mayor representación del interior en el Congreso”. Aunque enfrentan la inercia de la polarización, cuentan con respaldo local en sus provincias y esperan consolidarse como una tercera fuerza con peso institucional.

 

Territorios decisivos y nombres clave

Cinco distritos concentran el mayor interés electoral: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires. En la capital, Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, encabeza la lista al Senado y dejará su cargo en diciembre para asumir su banca, fortaleciendo el espacio libertario en la Cámara alta.

En Santiago del Estero, el gobernador Gerardo Zamora dejará el poder provincial para sumarse al Senado nacional, mientras que en Salta, el exgobernador Juan Manuel Urtubey regresa a la competencia política. En total, ocho provincias eligen senadores nacionales, en una votación que puede alterar la correlación de fuerzas en la Cámara alta.

 

Qué se juega en el Congreso

La elección definirá si Milei podrá sostener su ambiciosa agenda de reformas. Aunque no se prevé que alcance el control absoluto, el oficialismo podría aumentar su número de bancas y lograr, junto a sus aliados, el tercio necesario para bloquear intentos de veto.

No obstante, la falta de quórum propio seguirá siendo un obstáculo para aprobar leyes de alto impacto, como la reforma laboral, la privatización de empresas públicas o la reestructuración del sistema previsional. En el Senado, donde LLA no renueva escaños, existe mayor margen para ganar posiciones, pero el control total de la cámara parece todavía lejano.

 

Economía y política exterior: las sombras detrás del voto

El contexto económico es determinante. Aunque la inflación anual descendió a niveles de un dígito mensual, la actividad productiva cayó con fuerza y el consumo interno muestra una contracción alarmante. La política de ajuste fiscal, combinada con el anclaje cambiario, estabilizó los mercados, pero a costa de una recesión que golpea el empleo y la industria.

A este cuadro se suma un elemento inesperado: la intervención del Tesoro de Estados Unidos, que inyectó US$2000 millones para contener la presión sobre el dólar. La operación, respaldada por la administración de Donald Trump y el secretario del Tesoro Scott Bessent, representa una jugada geopolítica que busca sostener al gobierno de Milei. Fuentes en Washington admiten que la medida refleja “una apuesta estratégica a la estabilidad del experimento libertario en América Latina”.

El gesto estadounidense no solo tiene impacto financiero, sino simbólico: confirma el alineamiento de la Casa Rosada con los sectores conservadores del norte y evidencia el interés internacional por la evolución política argentina.

 

Clima social y expectativas

El país vota entre la esperanza de cambio y el temor al desgaste. El discurso antipolítico que llevó a Milei al poder enfrenta ahora el desafío de gobernar en un Congreso fragmentado y una sociedad fatigada por años de crisis.

En barrios populares y sectores medios, las conversaciones giran en torno a la pérdida del poder adquisitivo, el aumento del desempleo y la incertidumbre sobre el futuro. En tanto, el Gobierno insiste en que “el sacrificio de hoy será la base del crecimiento de mañana”.

Para los analistas, el resultado de esta elección no solo medirá el nivel de aprobación de la gestión, sino también la capacidad del sistema político argentino para recomponerse tras años de polarización extrema.

 

Una elección que definirá la gobernabilidad y la dirección histórica de la Argentina

El desenlace de estas elecciones legislativas marcará un punto de inflexión en la historia reciente del país. Si Milei logra afianzar su poder parlamentario, Argentina podría ingresar en una etapa de reformas profundas y redefinición institucional. Si, por el contrario, el peronismo y las fuerzas provinciales logran contener su avance, el escenario se orientará hacia una convivencia más negociada, pero también más incierta.

En cualquier caso, los comicios de este domingo no son una elección intermedia más: son el termómetro de una sociedad en busca de rumbo, el espejo de sus contradicciones y la antesala de un nuevo ciclo político que, gane quien gane, redefinirá la esencia misma del poder en la Argentina.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA