El presidente de la COP30 urge al mundo a convertir la crisis climática en motor de transformación
A días de la cumbre en Belém, André Corrêa do Lago llama a acelerar la acción y reforzar la cooperación.
La Novena Carta de la Presidencia de la COP30 reclama valentía, ambición y unión frente a la emergencia global.
El llamado llega en un momento decisivo. Mientras la comunidad internacional se prepara para reunirse en Belém, la Presidencia de la COP30 ha hecho pública su novena carta abierta, un documento que combina diagnóstico científico y apelación moral. Su mensaje es claro: el tiempo de la indecisión ha terminado y el futuro del clima depende de la acción inmediata y conjunta de todos los países.
Un mensaje urgente desde Brasil al mundo
El embajador André Corrêa do Lago, presidente designado de la COP30, ha instado a gobiernos, instituciones y actores globales a responder con determinación ante la crisis climática. En su carta, publicada a pocos días del inicio de la conferencia, el diplomático brasileño advierte sobre la necesidad de mantener vivo el objetivo de 1,5 °C mediante la cooperación y la aceleración de la implementación del Acuerdo de París.
El texto, construido sobre la base de la evidencia científica más reciente y el legado del pacto de 2015, llama a transformar las “brechas climáticas globales en palancas de transformación”. Se apoya en informes de referencia, como el Global Tipping Points Report, los Informes sobre la Brecha de Emisiones y de Adaptación del PNUMA, y la Síntesis de las NDC de la CMNUCC, para subrayar tanto la magnitud del reto como las herramientas disponibles.
“El desafío que tenemos ante nosotros no es solo identificar lo que falta, sino movilizar lo que impulsa: convertir los déficits de ambición, financiamiento y tecnología en fuerzas de aceleración”, escribe Corrêa do Lago, en uno de los pasajes más citados del documento.
París sigue vivo: una arquitectura global en plena marcha
La carta reafirma que el Acuerdo de París está dando resultados tangibles. Tras el cierre de su libro de reglas en la COP29, la cumbre de Belém será la primera en la que todo el ciclo de políticas del acuerdo funcione plenamente. Instrumentos como las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), los Planes Nacionales de Adaptación (NAP), los Informes Bienales de Transparencia (IBT) y el Marco Reforzado de Transparencia (MRT) operan ya como engranajes activos de la gobernanza climática mundial.
La Presidencia brasileña plantea tres prioridades estratégicas: fortalecer el multilateralismo y el régimen climático bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); conectar la acción climática con la vida cotidiana de las personas y la economía real; y acelerar la aplicación del Acuerdo de París.
Este triple enfoque busca articular la acción local con la diplomacia internacional, trasladando las decisiones de las salas de negociación a los territorios y comunidades donde el cambio climático ya se manifiesta.
Redefinir la ambición: la implementación como nueva medida del éxito
La novena carta introduce un giro conceptual de peso. Según la Presidencia, la verdadera ambición no se mide por los compromisos firmados, sino por la velocidad y eficacia de su ejecución. “Acelerar la implementación debe ser la nueva medida de la ambición”, sostiene el texto.
La propuesta implica traducir las promesas en resultados visibles: desde la expansión de las energías limpias hasta la restauración de ecosistemas forestales, desde la reducción de emisiones de metano hasta la innovación en infraestructura digital. El documento insiste en que el progreso debe ser simultáneamente rápido, equitativo y sostenible.
Estas prioridades se integran en la Agenda de Acción de la COP30, estructurada en seis ejes temáticos que funcionarán como plataformas de cooperación. Belém se convertirá así en un punto de convergencia entre finanzas, bosques, energía y emprendimiento, donde los esfuerzos locales y globales se refuercen mutuamente.
La Amazonia, epicentro y símbolo del cambio
La Presidencia dedica un apartado esencial al papel de la Amazonia, no solo como contexto geográfico sino como catalizador político y ético. Con la deforestación en descenso por tercer año consecutivo en Brasil y nuevos mecanismos financieros como el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), el documento defiende que proteger la naturaleza y mejorar la vida de las personas son objetivos inseparables.
“En Belém, la verdad debe encontrarse con la transformación, y la ciencia debe convertirse en solidaridad”, escribe Corrêa do Lago, marcando el tono que espera impregnar la cumbre. Para el embajador, la COP30 representa una oportunidad única: “puede ser la COP en la que cambiemos el rumbo de la lucha climática”.
Hacia Belém: cooperación, coraje y coherencia
Con este mensaje, Brasil busca posicionarse como anfitrión de un proceso global que trascienda las promesas. La Presidencia de la COP30 presenta su Novena Carta no solo como un documento preparatorio, sino como una declaración de principios: el planeta dispone de los conocimientos, las herramientas y la capacidad tecnológica necesarios para actuar, pero requiere coordinación, valentía y coherencia.
A medida que las delegaciones se dirigen hacia Belém, el mensaje de Corrêa do Lago resuena como una advertencia y un compromiso: el éxito de la COP30 dependerá de la capacidad colectiva de convertir la urgencia científica en decisiones políticas y en resultados reales.
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