La UE rebaja su meta climática para 2040 y permitirá más créditos de carbono a los países miembros
Los ministros europeos de Medio Ambiente aprobaron un acuerdo que suaviza la reducción de emisiones. La medida llega antes de la COP30 y abre la puerta a una mayor flexibilidad con los créditos de carbono.
A las puertas de la Cumbre del Clima COP30, que arranca este lunes 10 de noviembre en Belém (Brasil), la Unión Europea ha redefinido su hoja de ruta hacia la neutralidad climática. Los ministros de Medio Ambiente han pactado un marco común que mantiene la meta de reducción del 90% de emisiones para 2040, pero introduce más margen a través del uso de créditos de carbono.
Un compromiso más flexible para los Estados miembros
Los titulares de Medio Ambiente de los Veintisiete cerraron este miércoles un acuerdo que ajusta a la baja los objetivos climáticos del bloque. Aunque se mantiene la reducción del 90% respecto a los niveles de 1990, los países podrán compensar hasta un 5% de sus recortes con créditos de carbono, lo que en la práctica suaviza el objetivo global al 85%.
Además, los ministros dejaron abierta la posibilidad de permitir en el futuro un 5% adicional de créditos, ampliando aún más la flexibilidad de los compromisos nacionales.
De una propuesta más estricta a una versión negociada
El pacto final difiere de la propuesta inicial de la Comisión Europea, que limitaba el uso de créditos al 3%. Este cambio refleja las tensiones entre los gobiernos que reclaman objetivos más alcanzables y aquellos que defienden mantener la máxima ambición climática.
El ministro danés de Clima, Lars Aagaard, defendió la decisión afirmando que “el objetivo está en línea con la ciencia”. Añadió que “es necesario no solo para mostrar nuestro liderazgo global en materia climática, sino también para ofrecer orientación a la industria y a las políticas futuras”.
Un nuevo horizonte de reducción para 2035
Junto con la meta de 2040, los ministros acordaron una nueva Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) que fija un rango de reducción de emisiones de entre el 66,25% y el 72,5% para 2035. Este compromiso será remitido a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en el marco de la COP30.
Con esta decisión, la UE busca reforzar su planificación intermedia hacia la neutralidad climática, aportando claridad a los Estados miembros y a los inversores sobre el ritmo de la transición energética.
Falta el visto bueno del Parlamento Europeo
El acuerdo ministerial aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y renegociado con los Estados antes de su entrada en vigor. Se prevé un debate intenso entre quienes piden mantener la ambición original y quienes defienden una mayor flexibilidad económica y tecnológica.
La Unión Europea llega así a la cita de Belém con una postura dual: reafirma su liderazgo en la acción climática global, pero lo hace bajo una fórmula más pragmática que divide opiniones entre gobiernos, industria y ecologistas.
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