¿Cuánto dinero pierde diariamente cada camión que queda atrapado en las carreteras francesas por las protestas?
Muchos profesionales se encuentran al límite después de enfrentar días que describen como un "verdadero secuestro" en las carreteras francesas
Las protestas que están llevando a cabo los agricultores franceses están dejando huella en Lleida. Cada uno de los camiones leridenses que se quedan atrapados en las carreteras francesas debido a los bloqueos impuestos por los agricultores franceses está sufriendo pérdidas diarias de entre 700 y 800 euros.
Aquellos que dan más vuelta para eludir las barricadas acaban sufriendo un aumento significativo en sus costos. Esto se debe a que las rutas son más extensas, las entregas se vuelven más lentas y las empresas deben asumir los costos tanto del combustible para los vehículos como de los propios conductores de los camiones.
La situación actual es sumamente complicada tanto desde el punto de vista económico como personal, ya que muchos profesionales se encuentran al límite después de enfrentar días que describen como un "verdadero secuestro" en las carreteras francesas. Estas vías son cruciales para las exportaciones por carretera a Europa, convirtiendo al sector en rehén de las protestas.
Las empresas señalan la pasividad por parte de las autoridades francesas, una situación que se repite a lo largo de décadas. Argumentan que son el blanco de la ira de los agricultores franceses, quienes utilizan el transporte, especialmente el agroalimentario, para destacar sus problemas.
Gobierno y sector hicieron ayer un llamado al respeto para el tránsito de mercancías, aunque con poco éxito.
REUNIÓN EN FONDARELLA
Fondarella será nuevamente el escenario hoy de una reunión de agricultores y ganaderos de Lleida, con el objetivo de concretar las movilizaciones anunciadas el domingo, impulsadas por la frustración ante la crisis del sector.
La indignación ha prendido en el ámbito rural europeo debido a problemas compartidos, como el aumento de los costes de producción que no se reflejan en los precios pagados a los agricultores por sus productos. Se suma a esto la frustración por normativas medioambientales que prohíben el uso de ciertas sustancias activas contra plagas sin ofrecer alternativas viables, lo que complica cada vez más la actividad agrícola, según sus denuncias.
Además, expresan su descontento por la carga burocrática que consideran inasumible, especialmente para las explotaciones familiares. En principio, las primeras acciones de protesta podrían llevarse a cabo los días 5 o 6 de febrero en Lleida.
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