Larrosa reivindica el catalán, los derechos humanos y la cohesión social en la Diada 2025
El alcalde hace un llamamiento a la solidaridad, la educación y la preservación lingüística en un acto institucional cargado de simbolismo y participación ciudadana.
Desde primeras horas, la ciudad se prepara para vivir la Diada con solemnidad y participación. La Nau Central de la Seu Vella se convierte en epicentro de la celebración, recibiendo a autoridades, ciudadanos y colectivos culturales que llegan con banderas, flores y un sentimiento compartido de identidad y memoria histórica.
La atmósfera es a la vez reverente y dinámica. Los ecos de los pasos sobre el antiguo suelo y los murmullos respetuosos de los asistentes anticipan una jornada que combina tradición, conciencia cívica y compromiso social.
Autoridades presentes: unidad institucional
El conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, Òscar Ordeig, lidera la representación del Govern. Lo acompañan el alcalde, Fèlix Larrosa; el presidente de la Diputació, Joan Talarn; y la delegada territorial del Govern, Núria Gil.
Larrosa subraya la relevancia de la conmemoración: “La Diada Nacional de Catalunya nos recuerda la importancia de conmemorar la historia mirando al futuro con optimismo”. La presencia de estos líderes refuerza la idea de unidad y cohesión institucional, reflejando un compromiso compartido con la identidad cultural y la ciudadanía.
Defensa del catalán y del modelo educativo
El alcalde reivindica la lengua catalana como pilar de la comunidad y de la convivencia: “Nos define y nos diferencia”. Destaca que preservarla, hablarla y difundirla permite generar oportunidades y fortalecer la cohesión social.
Asimismo, hace un llamado a proteger el modelo educativo en catalán y su reconocimiento en Europa: “Porque en catalán vivimos, nos entendemos, nos encontramos, aprendemos y amamos”. Sus palabras enlazan identidad cultural, educación y proyección internacional, recordando que la lengua es un elemento esencial de integración y desarrollo.
Solidaridad global y derechos humanos
Larrosa no deja de lado los conflictos actuales. Condena con firmeza la situación en Gaza, calificando de inhumana la emergencia alimentaria: “El genocidio que se está produciendo en Gaza y la crisis extrema de hambre que se deriva no se puede obviar”.
Por su parte, Òscar Ordeig resalta la función de las instituciones y entidades sociales: “Sacan tiempo de su día para dedicarlo al bien común y hacer un país y sociedad mejor”. Destaca la importancia de los símbolos, la identidad y la defensa del mundo rural, conectando la memoria histórica con la actualidad y la responsabilidad colectiva.
Ofrenda floral y homenaje histórico
Tras la ceremonia en la Nau Central, las autoridades se desplazan al puente levadizo escoltadas por la Guardia Urbana de Gala para realizar la ofrenda floral al monolito en recuerdo de las víctimas de la Guerra de Sucesión.
Durante toda la mañana permanecen abiertos dos espacios de ofrenda: el Edificio del Roser (Parador de Lleida) y el monolito en la Seu Vella, permitiendo que entidades y ciudadanos depositen flores y ramos. Cada ramo simboliza la memoria de los barrios, colectivos y generaciones, reflejando respeto y compromiso con la identidad histórica de la comunidad.
Llamamiento final: justicia, paz y cohesión lingüística
El acto concluye con un mensaje de unidad y responsabilidad social. Las autoridades hacen un llamamiento a la justicia y a la solidaridad ante los conflictos bélicos actuales y enfatizan la necesidad de defender la lengua catalana: “Para que siga siendo una lengua transversal e inclusiva”.
La Diada se convierte así en un espacio donde la memoria histórica, la cultura y los derechos humanos se entrelazan, mostrando que la participación ciudadana y el respeto por la identidad colectiva son la base para una sociedad más cohesionada y solidaria.
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