“El precio de un ideal”, una novela crítica sobre las temibles UMAP del régimen castrista
A mediados de los años sesenta el régimen cubano creó las llamadas “Unidades Militares de Ayuda a la Producción” en las que confinó bajo un severo régimen penitenciario a religiosos, jóvenes amantes de la música moderna o del pelo largo, gais, inadaptados y toda suerte presuntos o reales desafectos
Una de las más peligrosas obsesiones de ciertos regímenes dictatoriales es la de buscar la creación del “hombre nuevo”, como si la especie humana no hubiese sido el fruto de la evolución habida durante varios milenios. En la consecución de dicho objetivo se empecinan en someter a sus ciudadanos a un sistema de reeducación forzosa que implica el lavado de conciencias y cerebros, con desigual, por no decir nulo, resultado aunque, eso sí, con la consiguiente degradación mental y física de buena parte de los sujetos pacientes.
Una de tales experiencias fue la acometida a partir de 1965 por el régimen cubano con el propósito de “readaptar” al sistema revolucionario a quienes consideraba asociales y no integrados, incluyendo en tal categoría a las personas con creencias religiosas, gais, jóvenes amantes de la música moderna, del pelo largo o los pantalones ajustados, a la vez que también a los vagos, inadaptados sociales y a una amplia gama de personas supuesta o realmente desafectas.
En torno a aquella siniestra experiencia Kevin Legrá, escritor guantanamero afincado en España, ha escrito una novela titulada “El precio de un ideal “ (Galaxia Gutenberg) con la que obtuvo el premio Málaga en su XVIII edición. Es el relato de la peripecia vida en dichas unidades de confinamiento por un joven llamado Orestes Rivero -conocido como Rivero a secas-, en paralelo con su amigo Ramiro, con el que coincide en una UMAP y a los que el destino reserva un diferente itinerario vital. Mientras el primero sortea con peor o mejor fortuna la reclusión, el segundo tiene que huir a uña de caballo para escapar del inhumano castigo a que ha sido sometido.
El relato es una descripción de los horrores utilizados en aquellas unidades militares que humillaban a sus conscriptos a situaciones con próximas a la esclavitud como fruto de una decisión arbitraria basada en valoraciones subjetivas, arbitrarias y a veces incluso desconocidas por los propios interesados. “Las UMAP -pone Legrá en boca de uno de sus personajes- no son un simple error, son una sombra alargada, un reflejo de la lucha desmedida por forjar al «hombre nuevo» del Ché, esa quimera que se convirtió en un arma de doble filo. La idea, su esencia, buscaba crear el revolucionario perfecto, pero pronto se tornó en un intento desesperado por esculpir las almas según un molde rígido y peligroso ¿Te has percatado algún aves de la semejanza del «hombre nuevo» con la raza aria de Hitler? Es como si cambiaran la pigmentación de la piel y el color de los ojos por la lealtad ciega y ferviente a un partido, una única realidad que se impone sin espacio para la reflexión. En lugar de la pureza de la raza, anhelaban la pureza ideológica, una uniformidad que dejaba poco margen para la diversidad de pensamiento”. La crueldad del sistema llegó a tal punto que su divulgación por la prensa extranjera obligó al régimen a disolver dichas unidades aunque, eso sí, salvando la cara de Fidel Castro al que se presumía desconocedor de la situación.
Legrá describe paralelamente la situación sufrida por la Iglesia católica en Cuba cuyo arzobispo de Santiago, Pérez Serantes, que había salvado la vida de fidel Castro de la represión batistiana, fue luego sujeto paciente de la reconversión del nuevo régimen al ateísmo marxista leninista. Etapa que le correspondió soportar durante muchos años con gran valentía y persistencia su sucesor, el nuevo arzobispo Meurice. El desmoronamiento del imperio soviético y la urgente necesidad del régimen por buscar nuevos horizontes hizo que el castrismo recibiera con los brazos abiertos a Juan Pablo II, acontecimiento histórico que, con el reencuentro de los dos amigos, concluye el relato (y que Meurice aprovechó para pronunciar una homilía ante Raúl Castro en la que puso verde al régimen) Por todo ello, la novela es una severa crítica de la Cuba comunista, “un país donde avanzar significa aplaudir a los payasos, marchar por cualquier motivo y gritar consignas incomprensibles”. Situación que ha llevado al colapso de un régimen incapaz de evolucionar y que ha condenado a los cubanos al hambre o a la huida de su propio país.
Una acotación tangencial: resulta curioso, para quien sea lector de la obra de autores cubanos, la práctica ausencia en esta novela de Legrá de “cubanismos”, tan frecuentes en la obra de sus connacionales.
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