Una mina del siglo XIX, la inesperada solución para llevar agua hasta Vilanova i la Geltrú
El municipio apuesta por recuperar una histórica infraestructura hídrica para reducir su dependencia de Aigües Ter-Llobregat en plena crisis climática
La crisis hídrica que afecta a Catalunya ha llevado a muchos municipios a replantearse su modelo de abastecimiento de agua. En este contexto, Vilanova i la Geltrú ha decidido mirar atrás y rescatar una mina de agua construida en 1861 como respuesta innovadora y sostenible a los retos del presente. La idea: restaurar y modernizar esta infraestructura centenaria para reforzar el suministro con recursos propios y reducir la dependencia de los caudales externos que gestiona Aigües Ter-Llobregat (ATL).
Recuperar lo antiguo para afrontar lo nuevo
A pesar de su antigüedad, la mina sigue hoy en funcionamiento, aunque su aportación al sistema es muy limitada. Actualmente, solo representa el 5% del consumo total de los 75.000 habitantes de la ciudad. No obstante, el Ayuntamiento ha lanzado una ambiciosa intervención de mejora, valorada en 200.000 euros, con el objetivo de duplicar el caudal actual y alcanzar los 20 m³/hora.
El regidor de Serveis Urbans, Gerard Llobet, ha detallado que los trabajos se centran en optimizar la eficiencia de la conducción subterránea, cuyas galerías apenas alcanzan los 1,60 metros de alto y menos de un metro de ancho. Unas dimensiones que, unidas a la falta de impermeabilización en las paredes, dificultan enormemente las tareas de limpieza y rehabilitación.
Una obra de precisión bajo tierra
El equipo técnico que lidera la actuación se enfrenta a un reto considerable. Las raíces, sedimentos y obstrucciones naturales elevan el nivel del agua, provocando pérdidas a través de las paredes de la mina. Por eso, cada obstáculo debe ser retirado manualmente, sin el uso de maquinaria pesada. Solo herramientas básicas, como hachas o palas, pueden entrar en juego en este entorno tan estrecho y delicado.
Marc de Arias, gerente de la Companyia d’Aigües de Vilanova i la Geltrú, recuerda que esta actuación no es fruto de la improvisación:
“Antes de la última sequía ya estábamos trabajando en proyectos de mejora para el abastecimiento local. Esta mina forma parte de nuestra estrategia para hacer de Vilanova una ciudad más autosuficiente en términos hídricos”.
Menos dependencia, más resiliencia
El objetivo final es claro: que Vilanova i la Geltrú dependa lo menos posible de ATL, especialmente en situaciones de emergencia como las vividas recientemente. Con esta iniciativa, se busca aliviar la presión sobre los recursos compartidos del área metropolitana y reforzar la resiliencia hídrica del municipio.
Esta recuperación histórica se convierte, así, en una apuesta estratégica por la sostenibilidad, alineada con los desafíos climáticos actuales y la necesidad de adaptarse a un futuro donde el agua será un recurso aún más preciado.
Una obra silenciosa con impacto real
Aunque los trabajos se alargarán varios meses, desde el consistorio aseguran que la inversión merecerá la pena. Si todo avanza según lo previsto, esta mina del siglo XIX volverá a jugar un papel clave en el presente de la ciudad. Un ejemplo de cómo el patrimonio y la innovación pueden ir de la mano para construir un modelo más autónomo, eficiente y respetuoso con el entorno.
En plena era de la emergencia climática, Vilanova i la Geltrú lanza un mensaje claro: el futuro también se construye recuperando lo mejor del pasado.
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