Adiós al convento de las capuchinas de Manresa: se marcha la última monja que vivía en el edificio

Se trata de Pilar Lumbreras, una mujer de 92 años

|
Catalunyapress caputman
El claustro del convento. Foto: Wikipedia

 

El convento de las hermanas capuchinas de Manresa, ubicado en pleno corazón de la capital del Bages, ha cerrado definitivamente sus puertas. La última religiosa que permanecía en él, sor Pilar Lumbreras, de 92 años, se ha trasladado recientemente a una residencia. Su salida marca el final de una presencia ininterrumpida de más de 400 años en la ciudad que vio nacer a la fundadora de la orden en España.

El edificio, que ocupa un solar de 4.000 metros cuadrados —la mitad de ellos construidos—, queda ahora a la espera de un nuevo destino. “Es un lugar muy codiciado”, reconoce Lumbreras, aunque matiza que “mucha gente lo desea, pero nadie se atreve a decir: me lo quedo”.

El principal obstáculo es el alto coste de mantenimiento del inmueble. A pesar de ello, las capuchinas siempre han manifestado su voluntad de que el convento siga teniendo un uso significativo y beneficioso para la ciudad. Sin embargo, cualquier decisión al respecto recae en la federación de capuchinas, que tiene la última palabra sobre el futuro del edificio.

En su época de mayor actividad, el convento llegó a albergar hasta 25 monjas. Cuando Pilar Lumbreras ingresó, hace seis décadas, eran 16. Aunque nunca fue una comunidad muy numerosa, su número fue disminuyendo progresivamente con el paso del tiempo. La decisión de cerrar ha sido difícil, pero, como reconoce la propia Pilar, “no tiene sentido mantener un espacio tan grande para una sola persona, con los costes que eso implica”.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA