Tensión en Platja d’Aro tras aprobarse la reducción del 35% de las paradas del mercado semanal
El nuevo reglamento municipal apuesta por más producto local y menos textil, pero los paradistas lo denuncian como un ataque directo al sector: “Nos condenan a desaparecer”
El Ayuntamiento de Platja d’Aro ha aprobado esta semana un nuevo reglamento para el mercado municipal que reducirá un 35% el número de paradas actuales, lo que ha generado una fuerte oposición por parte de los paradistas. La medida, aprobada por mayoría en el pleno del consistorio, supondrá pasar de 137 a 87 paradas a partir del 7 de octubre, fecha en la que expiran las actuales concesiones de 15 años.
La votación, celebrada entre protestas dentro y fuera del Ayuntamiento, fue recibida con profunda preocupación por los vendedores ambulantes, que exhibieron pancartas con mensajes como “¡Marchantes en peligro de extinción!”. Denuncian que el nuevo modelo dejará a decenas de familias sin sustento y alertan de que podría suponer el principio del fin del tradicional mercado semanal del municipio.
Un mercado con menos espacio y menos textil
El nuevo reglamento se enmarca en los tres escenarios que permite la Generalitat ante la caducidad de las licencias: mantener el mercado tal como está, renovarlas automáticamente o rediseñar el modelo. Platja d’Aro ha optado por esta última opción, que también prevé reorganizar el espacio donde se ubica el mercado, dividiéndolo en dos: la mitad se destinará a aparcamiento y la otra mitad a paradas.
Uno de los cambios más significativos será la reducción del número de puestos textiles, un sector que, según el alcalde Maurici Jiménez, ha concentrado problemas relacionados con la venta de falsificaciones y productos de segunda mano. “No todas las paradas textiles incurren en estas prácticas, pero sí hemos detectado conflictos en este ámbito”, afirma el edil. “Con esta reforma buscamos más coherencia con el modelo de comercio local y una mejora en la calidad de la oferta”.
Concurso público para las nuevas licencias
A partir del 7 de octubre, todas las concesiones saldrán a concurso público, lo que abrirá la puerta a nuevos operadores. Jiménez defiende que esta medida equipara la situación de los paradistas con la de otros usos del espacio público, como los chiringuitos de playa. “Ellos tienen una visión proteccionista, pero el mercado es de todos”, recalca el alcalde.
También subraya que el nuevo modelo fomentará la presencia de producto de proximidad, sin excluir sectores como la fruta, la verdura o el menaje del hogar, que seguirán teniendo cabida en el mercado.
Indignación entre los paradistas: “Nos dejan en la calle”
Sin embargo, la respuesta del colectivo de paradistas ha sido rotunda. El portavoz del sector, Jaume Riera, denuncia que la medida afectará directamente a unas setenta familias y acusa al equipo de gobierno de destruir un mercado con décadas de historia. “Nos obligan a buscarnos la vida en otra parte. Esto no es una modernización, es un desmantelamiento”, asegura.
Para los vendedores, el nuevo reglamento transformará el mercado en “una feria de artesanía”, alejándolo de su esencia como punto de encuentro comercial tradicional. Temen que muchos compradores opten por acudir a mercados vecinos con mayor oferta y variedad.
Comisión de seguimiento como único gesto de diálogo
Aunque se rechazaron la mayoría de las 103 alegaciones presentadas por los marchantes, el consistorio ha aceptado crear una comisión de seguimiento que se activará una vez se abra el proceso de adjudicación de las nuevas licencias. Esta medida pretende ser un espacio de diálogo, aunque los paradistas consideran que llega tarde y con escasa voluntad de corregir el rumbo.
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