Berga quiere "cerrar el círculo" conmemorando a Pep Isanta dos décadas después de su asesinato en la Patum
La ciudad reedita el concierto de aquella noche trágica e inaugura un mural en memoria del joven asesinado, con el objetivo de honrar su recuerdo y evitar que hechos así se repitan
Este mes de mayo, Berga revive una de las noches más dolorosas de su historia reciente. Se cumplen 20 años del asesinato de Pep Isanta, un joven de 22 años que perdió la vida brutalmente durante las fiestas de la Patum, el 27 de mayo de 2005, en un episodio de violencia que conmocionó a toda Catalunya.
Dos décadas después, familiares, amistades y entidades del municipio, con el respaldo del Ayuntamiento, han organizado un conjunto de actos conmemorativos que buscan no solo mantener viva la memoria de Pep, sino también contribuir a la reparación emocional de una comunidad profundamente marcada por la tragedia.
Un mural para recordar su sonrisa y su mensaje
Uno de los momentos más simbólicos de esta conmemoración ha sido la inauguración de un mural con el rostro de Pep Isanta en la plaza del Cim d’Estela, acompañado por una de sus frases más recordadas: “Compartir és viure”. La imagen, de gran formato, domina la plaza y se ha convertido en un punto de encuentro y recogimiento.
“El mural no es solo un homenaje a Pep, sino un mensaje colectivo contra el olvido”, explica el entorno del joven, que sigue luchando porque su historia se conozca y no se repita.
Un concierto para cerrar el círculo
El colectivo Ben Anats, que agrupa a amigos y familiares del joven, ha impulsado la reedición del concierto de Barraques que aquella noche quedó marcado por la violencia. El evento tendrá lugar el próximo viernes 30 de mayo, en el mismo lugar donde ocurrió la tragedia, y contará con la participación de varias de las bandas que tocaron en 2005.
Uno de los momentos más emotivos será el regreso al escenario de David Cols, amigo de Pep y exintegrante del grupo Kolumna Metralla, que vuelve a cantar con la banda después de 20 años.
Con este acto, Berga busca "cerrar el círculo", en palabras del alcalde Ivan Sánchez, quien no esconde la carga emocional del aniversario. “Recordar aquellos malditos hechos te remueve por dentro. Fue violencia sin sentido, una violencia absurda que nunca debió suceder”, afirma.
Una herida que no termina de cerrar
La familia de Pep, especialmente sus padres, sigue arrastrando el peso del dolor. “Para muchos, lo que pasó aún es un tema tabú. Pero estas cosas hay que contarlas, especialmente a los jóvenes, para que no vuelvan a suceder”, defiende su madre, Núria Casellas.
En efecto, muchos adolescentes y jóvenes de Berga hoy desconocen lo que ocurrió esa noche de Patum. Una noche en la que un grupo de más de quince personas comenzó a agredir indiscriminadamente a los asistentes al concierto, utilizando puños, patadas y armas blancas. El resultado fue devastador: varios heridos y la muerte de Josep Maria Isanta, que murió tras recibir una brutal paliza y varias puñaladas.
En 2007, la Audiencia de Barcelona condenó a nueve adultos a penas de entre 25 y 43 años de prisión. Además, seis menores fueron internados en centros especializados con penas de entre 3 y 7 años. En 2014, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya obligó al Departament d’Interior a indemnizar a la familia con más de 110.000 euros, reconociendo fallos graves en el dispositivo policial de aquella noche.
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