La fuga de agua radioactiva de Ascó, "controlada" y "sin peligro" para la población
El incidente, confinado dentro del edificio de contención, fue controlado por los sistemas de seguridad de la planta; organizaciones ecologistas insisten en su cierre definitivo
La central nuclear de Ascó, en la provincia de Tarragona, ha sido nuevamente protagonista de un incidente relacionado con la radioactividad. Según ha confirmado el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), la fuga registrada la semana pasada afectó al circuito primario del reactor, la parte más sensible del sistema, por estar en contacto directo con los componentes más radiactivos de la instalación.
El origen del incidente fue una fisura en una tubería, que provocó la pérdida de unos 3.500 litros de agua radioactiva. Sin embargo, el organismo regulador ha querido tranquilizar a la ciudadanía asegurando que no existió ningún riesgo para los trabajadores, la población ni el medio ambiente.
El incidente quedó totalmente controlado
El CSN ha explicado que la fuga quedó confinada en el edificio de contención, una estructura diseñada precisamente para evitar cualquier filtración hacia el exterior. Aunque se produjo un aumento en los niveles de radiación dentro del recinto, estos no superaron los límites de seguridad establecidos, por lo que el evento se mantuvo bajo control en todo momento.
Además, todo el líquido contaminado fue recogido y almacenado en condiciones seguras, tal como estipulan los protocolos internos y los sistemas de seguridad de la central.
Reparación en marcha y retorno inminente a la actividad
Desde que se detectó la fuga el pasado jueves, el equipo técnico de ANAV (Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs) —operadora de la planta— trabaja en la reparación de la tubería afectada, que forma parte del sistema básico de funcionamiento del reactor.
Fuentes de la compañía han señalado que la producción de energía podría reanudarse esta misma semana, una vez se verifiquen todas las condiciones de seguridad.
Ecologistas insisten en el cierre definitivo
A pesar del control técnico del incidente, las críticas no se han hecho esperar. La organización Ecologistas en Acción ha vuelto a exigir el cierre de la central de Ascó, especialmente tras conocerse que el vertido contenía agua radioactiva del circuito primario.
Desde el colectivo ecologista sostienen que los problemas reiterados en el sistema de refrigeración evidencian que la instalación "no puede seguir operando más allá del calendario pactado". Según su análisis, incluso la fecha de cierre prevista para 2030 resulta demasiado lejana, ya que consideran que Ascó I no ofrece garantías suficientes para proteger la salud y la seguridad de la ciudadanía.
Un historial marcado por otros incidentes
El episodio reciente no es un caso aislado. La central nuclear de Ascó I, el reactor más antiguo en funcionamiento en Catalunya con 42 años de actividad, acumula varios precedentes relacionados con fugas radioactivas.
Entre los más destacados, se encuentra la emisión de partículas radioactivas al exterior en 2007, y otra fuga ocurrida en 2011, cuando 25.000 litros de agua contaminada afectaron a 14 trabajadores durante una operación de recarga de combustible. También se han registrado otras filtraciones en los circuitos de refrigeración y en la piscina de combustible, según fuentes especializadas.
La energía nuclear, en el centro del debate
Este nuevo incidente reaviva el debate sobre la viabilidad y seguridad de la energía nuclear en Catalunya. Mientras los responsables técnicos subrayan que los sistemas de contención funcionaron correctamente, las organizaciones ecologistas ponen el foco en la edad de las instalaciones y en los riesgos acumulados por su prolongado funcionamiento.
Por ahora, la central de Ascó sigue operativa, aunque bajo la atenta supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear y la presión constante de movimientos sociales que abogan por una transición energética más segura y sostenible.
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