La alcaldesa de El Prat se planta contra la ampliación del aeropuerto y amenaza con llevar el caso a Europa
Bou refuerza su oposición al plan de ampliación del aeropuerto proponiendo un modelo territorial alternativo. Pide priorizar inversiones en trenes y alerta del impacto ambiental sobre el Delta del Llobregat.
Alba Bou ha hecho estas declaraciones frente a los medios antes de sumarse a la concentración convocada por la plataforma Zeroport en la plaza de Sant Jaume de Barcelona. A su lado, el líder de En Comú Podem en el Parlament, David Cid, ha mostrado también su respaldo a la protesta.
En su intervención, la alcaldesa ha subrayado el rechazo frontal del consistorio a la ampliación, recordando que el pleno municipal de junio aprobó una declaración institucional contra la propuesta. El texto contó con el apoyo explícito de Comuns, ERC, PP y Junts, lo que refleja un consenso amplio y transversal sobre la necesidad de frenar este proyecto.
Llamamiento a repensar el modelo de desarrollo
Bou ha insistido en que Catalunya “merece otro modelo de desarrollo” que no esté basado en el crecimiento ilimitado del tráfico aéreo ni en proyectos que amenacen la sostenibilidad del entorno natural y social. Según ha afirmado, las inversiones deben centrarse en mejorar infraestructuras esenciales como Rodalies, una red ferroviaria en la que —asegura— miles de personas trabajadoras y estudiantes siguen atrapadas a diario por fallos del sistema: “Día sí y día también se quedan encallados en las vías”.
Europa como próximo frente de batalla
Lejos de limitarse a la esfera local, Bou ha avisado de que no descartan llevar el conflicto ante instancias europeas para frenar el proyecto. Esta posibilidad abre un nuevo frente político y legal en un conflicto que ya ha trascendido el debate técnico y urbanístico, y que se está convirtiendo en una cuestión de modelo de país.
Una visión de futuro enfrentada al pasado
La protesta de este sábado simboliza un pulso político, económico y social que crece en intensidad. Las voces críticas no solo cuestionan la viabilidad ecológica del proyecto, sino que apuntan directamente a su lógica de crecimiento asociada al turismo masivo, al impacto en el ecosistema del Delta del Llobregat y a la falta de visión estratégica para transformar el transporte público.
La contundencia del mensaje lanzado desde El Prat y la amplitud del respaldo político auguran un escenario de confrontación que irá más allá de las fronteras municipales. El futuro del aeropuerto de Barcelona-El Prat se ha convertido en un símbolo de la pugna entre dos modelos de desarrollo: uno centrado en la sostenibilidad y el bienestar colectivo, y otro atado al crecimiento económico a cualquier precio.
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