Barcelona estrena en L’Hospitalet y Esplugues una plaza ecológica: naturaleza, accesibilidad y sostenibilidad

La plaza de la Bòbila se transforma en un eje verde que une dos municipios y ofrece nuevas zonas de juego, biodiversidad y espacios de encuentro ciudadano. El AMB invierte 3,1 millones para crear un refugio climático y revitalizar el entorno urbano.

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La plaza de la Bòbila.
La plaza de la Bòbila.- OSCAR GIRALT - AMB

 

La integración de la naturaleza en entornos urbanos no solo embellece la ciudad, sino que responde a necesidades sociales, ambientales y de cohesión comunitaria. La remodelación de la plaza de la Bòbila, ubicada entre L’Hospitalet y Esplugues de Llobregat, ejemplifica cómo la planificación metropolitana puede generar un espacio que conecta vecinos, revitaliza barrios y protege el medio ambiente.

 

Un proyecto pensado para unir ciudades y personas

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha ejecutado una intervención integral que ha transformado la plaza de la Bòbila en una isla verde urbana capaz de actuar como punto de unión entre L’Hospitalet y Esplugues. Según explican desde el organismo metropolitano, el proyecto ha “cosido los límites entre las dos ciudades mediante la mejora del espacio público y la creación de zonas más verdes y accesibles”.

Con un presupuesto de 3,1 millones de euros, la remodelación ha renovado más de 11.700 metros cuadrados, antiguamente ocupados por el mercado provisional de Can Vidalet durante los últimos diez años. Además de embellecer el entorno, la intervención busca combatir la isla de calor urbana, favorecer la biodiversidad e incrementar la permeabilidad del suelo para gestionar mejor el agua de lluvia.

 

Accesibilidad, sostenibilidad y tecnología

La plaza se ha concebido como un refugio climático y espacio inclusivo. “La intervención ayuda a prevenir acumulaciones de agua en caso de lluvias intensas”, aseguran desde el AMB, que han incorporado pavimentos permeables y vegetación autóctona para mejorar la infiltración de agua y reducir la temperatura en los días de calor extremo.

El diseño incorpora también un sistema fotovoltaico ubicado junto a la biblioteca municipal, que abastece parte del alumbrado y mobiliario urbano, demostrando que la sostenibilidad energética es un eje central del proyecto. La plaza no solo se piensa como lugar de paso, sino como un espacio donde los vecinos pueden disfrutar del aire libre, reunirse y conectar con su entorno.

 

Tres niveles de vida urbana

La remodelación estructural de la plaza se organiza en tres niveles conectados mediante rampas de baja pendiente, garantizando total accesibilidad para personas con movilidad reducida y familias con carritos.

  • Nivel inferior: junto a la biblioteca municipal, incluye la zona fotovoltaica y espacios de descanso.
  • Nivel intermedio: dedicado a la recreación infantil, con áreas de juego y vegetación que promueven la biodiversidad y el contacto con la naturaleza.
  • Nivel superior: conecta con el CAP y el entorno sanitario, consolidando la plaza como un eje central de servicios públicos y equipamientos de barrio.

 

Este diseño integral convierte la plaza en un verdadero punto de encuentro ciudadano, fomentando la interacción intergeneracional y la vida comunitaria.

 

Un eje que revitaliza la actividad local

El proyecto también ha transformado la avenida de Severo Ochoa en una rambla moderna con amplias aceras, nuevo arbolado y espacios para terrazas y actividades comerciales. Desde el AMB destacan que esta intervención “mejora la conexión entre las dos fachadas y dinamiza la actividad local”, aumentando la visibilidad de comercios y fomentando un tránsito peatonal seguro y agradable.

 

Impacto social y comunitario

Vecinos de ambos municipios han valorado la remodelación como un punto de encuentro intergeneracional, que fomenta la convivencia y la vida de barrio. Muchos destacan que la plaza no solo ofrece un espacio de ocio y recreo, sino que también cumple una función de integración social, conectando colegios, bibliotecas, mercados y centros de salud.

“Es un lugar donde los niños pueden jugar seguros, los adultos relajarse y todos sentir que este espacio nos pertenece a todos”, comenta un residente de L’Hospitalet, mientras observa cómo las familias disfrutan de los juegos y los paseos por la nueva plaza.

 

La Bòbila como modelo de planificación metropolitana

La actuación refleja la estrategia del AMB de revalorizar espacios urbanos mediante la sostenibilidad, la biodiversidad y la accesibilidad. Se ha buscado que la intervención no sea solo estética, sino que genere beneficios tangibles en la vida cotidiana de los vecinos, mitigando riesgos climáticos, mejorando la conectividad urbana y creando un entorno saludable.

Expertos en urbanismo destacan que proyectos como la Bòbila son clave para las ciudades del siglo XXI: “Integrar la naturaleza y la infraestructura urbana permite reducir el impacto del cambio climático y mejorar la cohesión social, mientras se fortalece la economía local y se dinamizan los barrios”.

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