80 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau. ¿Se ha olvidado el mundo de ello?
El resurgimiento de la ultraderecha y las deportaciones de Trump: dos caras de un mundo que no aprende de su pasado
Este lunes 27 de enero se cumplían 80 años de la liberación, por parte del ejército ruso, de Auschwitz-Birkenau, el campo de concentración y exterminio nazi en Polonia. Una fecha que ha merecido un merecido homenaje a los pocos supervivientes que quedan, quienes han sido los grandes protagonistas del acto en una jornada solemne, empañada por el resurgimiento de la ultraderecha en Alemania y otros países europeos. El acto ha contado con la presencia de autoridades de todo el mundo: reyes, presidentes de gobierno y otras personalidades.
Falta menos de un mes para las elecciones generales en Alemania, y tanto Scholz como el que posiblemente será su sucesor, Friedrich Merz, junto a otros políticos alemanes tradicionales, se esfuerzan por frenar el apoyo a Alternativa para Alemania, un partido que está siendo visto en el país como un peligroso retroceso al nacionalismo que llevó a Hitler al poder en los años 1930.
Alternativa para Alemania, la formación que preocupa, está apoyada por el asesor “especial” del presidente Trump, Elon Musk, quien participó telemáticamente en un mitin hace unos días e invitaba a los ciudadanos a votar por este partido. Una actitud que lleva a muchos a llevarse las manos a la cabeza. Un poderoso como Musk, que es propietario de redes sociales, hace posible llevar a millones de ciudadanos sus ideas y la manipulación de las informaciones que facilita. Es un peligro público de primera magnitud.
Mientras esto sucede en Europa, nos llegan imágenes de las deportaciones de personas sin papeles que está llevando a cabo el presidente Trump, a los pocos días de su toma de posesión. Estas acciones han hecho saltar las alarmas por su política contra personas que son trabajadores, llevadas con cadenas en manos y pies, como si fueran delincuentes, asesinos, sin ningún tipo de gesto humanitario y respeto a los derechos humanos, que también los tienen. Es una actuación que demuestra bien a las claras las formas de gobernar de un dictador elegido democráticamente, pero un dictador al fin y al cabo.
Los primeros deportados fueron mexicanos, cuyo gobierno no autorizó el aterrizaje de los dos aviones con los deportados. La medida continuó con el breve enfrentamiento con Colombia, cuyo gobierno se negaba a autorizar el aterrizaje con más deportados de origen colombiano. Las amenazas de Trump al presidente Petro con imponer aranceles a sus productos y, tras un tirar y aflojar, finalmente, como informaban las dos administraciones, la situación se ha solucionado, aceptando Petro todos los términos del presidente Trump.
El presidente norteamericano, el de las mil caras, el pistolero niño mimado, hijo del dueño del rancho y cacique del lugar, dispuesto a terminar con los que se le pongan por delante, está poniendo patas arriba el país sin medir las consecuencias. Su obsesión, entre otras, con la implantación de aranceles, cuyos números había explicado días antes a un grupo de sus congresistas, lo hacía contento con la gran cantidad de dinero que iba a embolsarse su gobierno. No todos los asistentes estaban de acuerdo. Lo mismo que tampoco están de acuerdo con las medidas de las deportaciones a gran escala que está llevando a cabo.
Las acciones de Trump están despertando no solo recelo, sino inquietud, indignación e incluso odio. Las políticas nada republicanas, sino de ultraderecha, la prepotencia, la soberbia y el desprecio por los latinoamericanos solo ayudan a una respuesta antiamericana y al resurgir de la extrema izquierda en la zona. Ser el país más poderoso del mundo no significa que pueda hacer lo que le venga en gana, como si de su rancho se tratara, no.
Dos acontecimientos importantes este 27 de enero: el primero, con el consejo de los pocos supervivientes del campo de concentración Auschwitz-Birkenau, que han insistido en que no vuelva a repetirse lo sucedido. El otro, la deportación de personas tratadas como delincuentes. Este camino solo lleva a una situación que nadie quiere. Los humanos son los animales que tropiezan más de una vez en la misma piedra, y es que supremacismo y racismo significan nazismo. ¿ Se ha olvidado el mundo de lo ocurrido con el nazismo?
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