La política desde Confucio a Maquiavelo

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De Confucio a Maquiavelo
De Confucio a Maquiavelo

 

Me voy a inspirar en cinco vértices de un pentagrama filosófico-político para escribir el presente artículo, tratando de explicar a qué nos enfrentamos los seres humanos cuando en lugar de pertenecernos a nosotros mismos y a nuestras particulares ideas, nos convertimos en vulgo, rebaño, o masa manejada por nuestros gobernantes

Una frase muy sabia del Rey Salomón siempre me sorprende cuando acabó concluyendo que al final todas las aguas políticas vuelven al cauce que previamente se había excavado, esa frase es: “No hay nada nuevo bajo el sol”.

Pues sí, nada que se diga en la actualidad, que se piense o se haya pensado a lo largo de la historia humana carece de antecedentes. La política de hoy, de ayer y probablemente la que está por venir se rige y regirá por estrategias previamente establecidas, pensadas y puestas en práctica por gobernantes de todos los tiempos.

Lo único que diferencia a unos políticos de otros es su talla moral y ética (si es que la práctica política, la buena moral y la buena ética pueden convivir en un mismo espacio); pero, por supuesto, no hay que confundir lo que a lo largo de la historia se ha escrito sobre la política con lo que se ha llevado a cabo.

La práctica política se viste de muchas formas, bebe de muchas fuentes, pero en el fondo todo actor político (nunca mejor dicho lo de “actor”) se debe a un guion escrito por los intereses a salvaguardar o el fin pretendido. Estos intereses a poco que se escarbe en los juegos bursátiles y en la información a cerca de este mercado de valores salen a la luz.

Confucio dijo: 

  • “Cuando su país estaba bien gobernado, Níng Wû se portaba como un sabio, cuando estaba mal gobernado, como un tonto. Otros podrían llegar a ser tan sabios como él, pero lo que no podría igualarse es su estupidez."
  • “Es posible hacer que los súbditos tomen una determinada dirección, pero no se podrá conseguir que sepan su porqué.”
  • “Si el estado está gobernado de acuerdo con las normas del camino, la pobreza y las privaciones le avergonzarán, mientras que, si el estado está mal gobernado, la riqueza y los honores serán los que le avergüencen.”

Desde luego, los países cuyos gobernantes se dedican a dictar normas a salto de mata por la mera conveniencia de permanecer en el poder, aprovechando los beneficios de las prebendas no inherentes a su cargo, pero que este de facto les permite, dan vergüenza por la riqueza de sus oligarquías.

En cuanto al pueblo, la plebe o la masa, quién puede esperar que entienda el porqué de las acciones de sus gobernantes.

Platón dijo esto sobre la política:

  • “El precio de desentenderse de la política es el de ser gobernados por los peores hombres”.
  • “Los más sabios tienen la mayor autoridad”.
  • “A vosotros (políticos) os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra República nuestros jefes y vuestros reyes.
  • “La primera y mejor victoria es conquistarse a sí mismo.”

Está claro que para Platón sólo debe gobernar aquel que previamente ha sabido gobernarse a sí mismo. La idea del “Filósofo Rey” o el sabio gobernante. 

De otro lado, si los que deben obedecer las normas impuestas por sus gobernantes se desentienden del contenido y del porqué de esas normas y no se paran a comprobar quién se beneficia de ellas, acabarán bajo el yugo de los más tiranos.

Pasando ahora a Cicerón, decir que sus críticos más severos opinan que sus obras escritas eran en esencia un plagio de las obras griegas. Por mi parte, pienso que ningún intelectual, del pasado, del presente y quizás del futuro se libra y librará de la estela griega.

Esto dijo Cicerón sobre la política:

  • “Quienes en un estado libre lo disponen todo para que se les tema no pueden estar más locos”.
  • “Ningún poder puede resistir el odio de muchos.”
  • “Siempre se ha buscado la igualdad ante la ley, y la ley que no es igual para todos no es tal.”
  • “Si la eficacia de la justicia es tan grande que fortalece y aumenta incluso el poder de los ladrones, ¿Cuánto -pensaremos- será su poder en las leyes y los tribunales y en un estado constituido?

Son tan claras las sentencias de Cicerón que parecieran martillazos sobre voluminosos tratados políticos. Resume en pocas palabras dónde están las claves de la justicia y la ética políticas.

Nuestro ilustre compatriota Baltasar Gracián con “…el Arte de la Prudencia”, nos regaló sobre la política estos pensamientos:

  • “Importa poco ser sabio con los necios o cuerdo con los locos: hay que hablar a cada uno en su propio lenguaje.”
  • “Hay que alternar la astucia de la serpiente con la candidez de la paloma.” 
  • “Nada es más fácil que engañar a un hombre de bien.”
  • “No explicar las ideas con demasiada claridad. La mayoría de la gente no estima lo que entiende, pero venera lo que no percibe.”

Está claro que, en política, no en moral ni en ética que ahí era excelente, Gracián tenía una acidez notoria. La astucia y la prudencia se confunden en las anteriores máximas.

Y ya vamos con “El Príncipe” de Maquiavelo: pareciera que, desde su publicación, la política no usa modos directos para dar a conocer sus actuaciones o sus intenciones. 

Estas son algunas de sus sentencias:

  • “Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas.”
  • “El vulgo se deja cautivar siempre por la apariencia y el éxito.”
  • “El que engaña encontrará siempre quien se deje engañar.”
  • “El odio se gana tanto por las buenas obras como por las malas.”

Las frases no necesitan ningún tipo de comentario, son tan contundentes que se comentan por sí solas.

Aclaratoriamente decir que, tanto Gracián como Maquiavelo coincidían, de forma curiosa o quizás no tanto, en afirmar que:

“Todo lo dora un buen fin, aunque lo desmientan los desaciertos de los medios” (Baltasar Gracián).

“El fin justifica los medios”. (Maquiavelo)

Creo que todos, desde lo más profundo de nuestras escuálidas o nutridas conciencias, sabemos que ningún fin, por honesto que este sea, justifica un medio asesino o criminal.

¿Seríamos capaces de matar de forma muy cruel y delante de su madre a un inocente niño por salvar a toda la humanidad?... Hay preguntas muy difíciles de contestar. 


 

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