El Papa León XIV, un norteamericano que no es amigo de Trump
León XIV, el primer Papa estadounidense, asume el pontificado en un momento de tensiones internas y desafíos globales para la Iglesia católica
Después de que el mundo ha estado pendiente de Roma, del Vaticano, primero por la muerte del Papa Francisco, su entierro multitudinario y, días después, la celebración del cónclave para elegir al nuevo Papa. Al final, este jueves, de la chimenea de la Capilla Sixtina salía el tan esperado humo blanco que indicaba que los cardenales habían elegido al sucesor de Pedro para dirigir el destino de la Iglesia católica.
Con la Plaza de San Pedro llena de fieles que esperaban con ilusión conocer el nombre del sucesor del Papa Francisco, por fin, sobre las 18 horas y algunos minutos, saltaba la noticia del nombre del nuevo Papa: se trata del cardenal norteamericano Robert Francis Prevost, que ha tomado el nombre de León XIV, siendo el primer Papa de los Estados Unidos, cuando no se esperaba que fuera así. El presidente Trump ha sido el primero en felicitarlo, pese a que su candidato era el cardenal de Nueva York. Lo que es previsible es que León XIV puede jugar un papel de contención frente al inquilino de la Casa Blanca, por el conocimiento que tiene de sus políticas nada solidarias con los inmigrantes, los pobres, las ONG y las personas trans.
El nuevo líder de los 1.400 millones de católicos representa una continuidad del mandato de su antecesor, Francisco. También, como él, proviene de una orden religiosa: la de San Agustín. Su figura trasciende fronteras; aunque nació en EE. UU, estuvo muchos años en Perú, donde adquirió la nacionalidad de ese país.
El nuevo pontífice aglutina la visión organizativa de su país y la sensibilidad pastoral latinoamericana, manifestada con su compromiso con los pobres, los inmigrantes y su disposición de encontrar a las personas donde se encuentren. El año pasado realizaba unas declaraciones en la web del Vaticano en las que decía: “el obispo no debe ser un pequeño príncipe sentado en su reino”. Algunas personas creen que seguirá el camino marcado por Francisco, quien en su día lo llevó al Vaticano, donde ocupó uno de los cargos más influyentes: dirigir la oficina que seleccionaba y gestionaba a los obispos a nivel mundial, lo que le dio un conocimiento importante de buena parte de la Iglesia. Además, como líder de los agustinos, había visitado órdenes religiosas por todo el mundo. Una labor ingente de conocimiento y de ejecutar cambios programados por el Papa Francisco. Muchos describen a Prevost como una persona culta, de gran preparación académica, políglota, reservado, discreto y muy comprometido con las gentes de los territorios en los que ha estado impartiendo doctrina, ayudando a los más necesitados. Lo ha demostrado teniendo unas palabras en español para sus feligreses de Perú, que están encantados con su nombramiento, en su primer discurso
La elección del nuevo pontífice no ha estado exenta de polémica entre bambalinas, por lo que algunos llamaban la división entre conservadores y progresistas. Estos últimos no estaban nada contentos con más de una de las medidas tomadas por el Papa Francisco, que hizo una pequeña revolución porque no pudo hacer más. El Vaticano es mucho Vaticano.
¿Qué le espera a León XIV? Bastantes cosas, entre otras, fortalecer la unidad de la Iglesia frente a la creciente polarización mundial y las expectativas dentro de ella. ¿Se puede producir un conflicto en el seno de la Iglesia por el control del poder? Algunos observadores no descartan esaa posibilidad.
Otros temas urgentes son las finanzas del Vaticano, en las que el nuevo Papa debe plantear la supervisión y la transparencia. En ellas se produjeron avances importantes con el Papa Francisco, pero queda mucho por hacer.
La nueva etapa que inicia León XIV deberá tomar decisiones i comprometidas en materia de gobernanza de la Iglesia: marcar el ritmo del cambio y hasta qué punto debe incluir a los laicos y a las mujeres. Ha de tomar decisiones rápidas en los nombramientos claves para que su mandato se inicie rápidamente.
Debe continuar con el tema de los abusos sexuales, que inició su antecesor. Un tema que molesta e inquieta a buena parte del clero.
La continuidad o no en sexualidad e identidad, que se ha quedado a medio camino. El papel de las mujeres en la Iglesia, en el que se ha avanzado medio paso.
Ahora solo cabe esperar para ver cómo se va despejando el nuevo mandato del Papa y cuál va a ser la línea a seguir, que no es fácil. Todos estos días han servido para propiciar un acercamiento de personas a la Iglesia como reconocimiento a la labor de Francisco, el Papa de los pobres, los excluidos, los inmigrantes. Decía San Agustín que “Dios no necesita tu dinero, pero los pobres sí. Tú dáselo a los pobres, y Dios lo recibirá”.
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