La expresidenta del Parlament de Catalunya se alegra de que Arrimadas se vaya a su pueblo

Una crítica a la actitud de Núria de Gispert hacia Inés Arrimadas, entre la ideología, el rencor y las contradicciones personales

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Núria de Gispert, Inés Arrimadas   EP
Núria de Gispert, Inés Arrimadas - CANVA - EUROPA PRESS

 

Decía Abraham Lincoln que “Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles todas las dudas de ello”. Eso se puede aplicar a la expresidenta del Parlament de Catalunya, Núria de Gispert, que después de estar un tiempo callada, sin que nadie la echara de menos, ha vuelto a las andadas con una de sus “políticas” preferidas para insultarla: Inés Arrimadas, la exlíder de Ciudadanos en Catalunya.

De Gispert, que se envolvió en la bandera del independentismo después de haber militado en Unió Democràtica de Catalunya, partido fundado en el año 1931, de inspiración democristiana o socialcristiana , que agrupó a buena parte de los políticos conservadores catalanes favorables a la autonomía —muchos de ellos procedentes, a su vez, del carlismo—. Pues bien, con estos antecedentes de señora cristiana de misa, su catolicismo lo debe practicar muy en privado, y solo para la familia y amigos —pocos, por otra parte—. Pues De Gispert no perdona a aquellas personas que, según ella, la han ofendido, aunque solo sea en su cabeza. Ella sí que se ha metido con los que no piensan como ella.

Ocho años después, y aprovechando que la expolítica que ganó unas elecciones en Catalunya, pero no pudo gobernar por eso de los pactos, se ha trasladado a la ciudad que la vio nacer, Jerez de la Frontera, por razones personales, De Gispert le escribe en su red social una carta donde despierta odio y xenofobia hacia una persona que ha vivido y defendido Catalunya (no la del separatismo), y  a la que no consideró nunca una verdadera catalana. En ese texto le dice: “por fin te has vuelto a tu pueblo”. Según la católica De Gispert, llevaba años deseando que llegara este momento. Y, como no podía ser de otra manera, se alegra de la desaparición de Ciudadanos. Los demás nos alegramos de que le echaran   a la demócrata de la política. Por cierto, lo que ella llama “pueblo” a  de Jerez de la Frontera —por si no lo sabe, seguro que no (ignorante supina)— tiene más de 200.000 habitantes y se considera ciudad: elegante, de gente emprendedora y bonita.

Los ramalazos de la primera mujer en presidir el Parlament de Catalunya surgieron nada más iniciarse el movimiento del “procés”. Allí comenzaron  los insultos a políticos que no eran de su cuerda, que no se cambiaron de chaqueta. Los insultos de la segunda autoridad de Catalunya fueron tejiendo una red de odio y confrontación sobre diputados elegidos democráticamente. Utilizó la institución para hacer proselitismo “indepe”, cortar intervenciones, insultar dentro y fuera del hemiciclo. Todo ello desencadenó enfrentamientos. Es irresponsable que la presidenta del Parlament se convirtiera en una hooligan; no es algo muy normal, que digamos. Lo que produjo una fractura social, y que más de uno se preguntara si algo no estaba funcionando bien en la sociedad catalana.

La católica De Gispert, de misa de domingo, utilizaba sus redes sociales para meterse con todo quisqui y para invitarlos a que se marcharan si no estaban a gusto en Catalunya. Eran tantas las veces que lo ha dicho que se han olvidado de las cifras.

Núria de Gispert, con la edad que tienes, con los cargos que has ostentado, después de ser funcionaria de la Diputación de Barcelona hasta llegar al Parlament catalán, ¿no puedes estar callada, dejar que las personas decidan su futuro, que hagan lo que les venga en gana, que sean felices? Y cuando alguien decide dejar la política, pasar página y aprovechar su vida como mejor le plazca. La venganza, guardada en el congelador de quien la practica, no es una buena consejera, más viniendo de una persona que practica la religión católica, que “dice que hay que perdonar a los enemigos”. ¿Qué clase de persona es Núria de Gispert? ¿Una fanática que en su día se disfrazó de Hada Madrina? ¿No hubiera sido mejor hacerlo de bruja pirula?

Decía Albert Einstein que: “Las personas débiles se vengan. Las fuertes perdonan. Las inteligentes ignoran”.

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