“¿Mafia o democracia?” No: sentido común y responsabilidad, sí, Sr. Feijóo

No sé si a Alberto Núñez Feijóo, el líder de los populares, el hijo de Os Peares, le gusta beber vino o cualquier otra bebida que levante el ánimo. Aunque es cierto que se cuida mucho. Según dicen, suele desayunar un Danacol, algo de fruta, una tostada, zumo de naranja y café con leche. De vez en cuando deja la dieta de lado y engulle filloas rellenas de queso con membrillo, que le chiflan. Alimentos que no deberían perturbar su cuerpo ni su mente, pero algo le está sucediendo. Decía el expresidente Benjamín Franklin que “Toma consejo en el vino, pero decide después con agua”. Viendo la alimentación del presidente popular, o bien oculta algo, o no se entienden sus intervenciones, de las que da muestra de estar “pasado de rosca”: ha pasado de la moderación, el sosiego, a estar atacado y haciendo afirmaciones contra el PSOE, como si su partido fuera el más limpio del mundo. Está utilizando Vanish y su famosa frase “Adiós manchas”, un eslogan que Feijóo emplea para tapar lo que ya muchos conocen de la trayectoria del PP, el partido —hasta el momento— con más casos de corrupción en España, seguido de cerca por el PSOE.

Las penúltimas frases del líder de la oposición, Núñez Feijóo, en una intervención desafortunada, leyéndolas como si de un guion se tratara, aprovecharon que los socialistas no están viviendo sus mejores días por los casos de posible corrupción: “¿Mafia o democracia?” es lo que espeta, preguntando si lo que se quiere ahora es una cosa u otra y señalando que los socialistas son una mafia que enturbia la democracia. Por cierto, “Mafia o democracia” es el eslogan de la manifestación convocada por el PP para este domingo, argumentando el líder gallego que “es hora de que reaccionen los españoles ante lo que está ocurriendo”. Mientras decía estas palabras, era detenido el secretario de Estado de Interior en el gobierno de Mariano Rajoy, y la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid era procesada por los delitos de fraude fiscal y falsificación de documentos.

Que el líder popular se meta a enumerar los casos de corrupción del PSOE es tomar a la gente por idiota, tras los casos que han pasado por los juzgados teniendo como protagonistas a miembros destacados del PP, con cargos importantes, que han sido sentenciados y han pasado años en prisión. De eso no hace tanto tiempo, y a algunos aún les quedan juicios por delante.

Que todas las formaciones políticas tienen casos nada claros —o muy claros— de corrupción, está a la vista, como publicamos los medios de comunicación. Que, en estos momentos, los socialistas están siendo cuestionados por varios casos que están a diario en los medios, es evidente, y deben dar explicaciones. Está claro que decir que todo (que también hay una parte) se debe a una campaña de la derecha, ultraderecha y algunos medios de comunicación es tirar balones fuera. Las explicaciones hay que darlas más pronto que tarde; se las deben a la ciudadanía, a quienes les han votado y también a quienes no.

Viendo el panorama de crispación, de falta de sentido común, de tirarse al cuello los populares y la defensa a ultranza de los socialistas —que, como todos saben, son los dos partidos mayoritarios—, lo que no se debe seguir alimentando es esta situación de insultos y cruces de acusaciones que dan un espectáculo que deja a los espectadores con los pelos de punta. No todo vale para ganar unas elecciones, arañando votos a los otros partidos para poder gobernar. Lo mismo que no se debe pactar con partidos que mercadean con sus votos para seguir en el poder. Ni una cosa ni la otra.

Es hora de parar esta escalada que tanto daño está haciendo a la democracia, a la credibilidad de los políticos, y que lleva a que la ultraderecha suba, para desgracia del país. El eslogan tan popular de un detergente que decía “Busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo” está volviendo a estar de actualidad por el uso interesado que se hace de él.

Afirmaba Catón el Censor: “No pierdas el tiempo en discutir con los estúpidos y los charlatanes: la palabra la tienen todos, el buen juicio solo unos pocos”. ¿Mafia o democracia? No: sentido común y responsabilidad, sí.