Afirmaba muy bien mi admirado Jaume Perich que “Hay tipos a los que no es preciso insultarlos, basta con describirlos”. Ese prototipo recae, en este caso, en el presidente —por desgracia— de la Argentina, Javier Milei, que está “enamorado” de España por dos razones: por dinero y porque le gusta venir para insultar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a los socialistas, delante de un público rendido.
Milei ha estado por tercera vez en Madrid, no de manera “oficial”, sino en apoyo a la ultraderecha española de Vox, y esta última vez ha sido para participar como “estrella invitada” en el Madrid Economic Fórum, que patrocinaban dos plataformas de compraventa de criptomonedas, aunque la organización corrió a cargo de dos firmas andorranas. Las empresas de criptomonedas están investigadas por presunta estafa, en la propia Argentina y en Estados Unidos. Curioso que los dos presidentes de estos países apoyen las criptomonedas sin ningún reparo. ¿Por qué será?
Resulta escandaloso que Milei venga a España y se dedique a insultar al presidente del Gobierno en su propio país. ¿Se imaginan que hiciera lo mismo Pedro Sánchez en Buenos Aires? ¿Pasaría algo? Es evidente que no iría a insultarlo. No le dejarían hacerlo, y si lo hiciera, no saldría vivo de allí. Cualquiera de las dos últimas opciones serían las que sufriría el presidente español, socialista, para disgusto del impresentable de Milei.
La entrada en el escenario de Vistalegre, lugar donde tuvo lugar las dos jornadas, fue la de una estrella, con el consiguiente montaje de un cantante de rock. Con esa pose (¿o quizás no?) de patinarle las neuronas, inició su hora de actuación ante 7.000 paganos con su frase favorita: “¡Viva la libertad, carajo!”, para seguir con sus frases que sabía que serían bien recibidas por el público patriota. “Si le quieren zurrar al bandido local, no hay problema”, sabiendo la respuesta del poco respetable que, en forma de coro, cantaban “¡Pedro Sánchez, hijo de puta!”. Las entradas para escuchar a los “gurús” (la temática era sobre el nuevo orden económico) iban desde los 150 euros hasta los 7.500. Unas cantidades que no estaban al alcance de cualquier bolsillo. Por eso, el recinto solo se llenó al cincuenta por ciento, y fueron unas jornadas más políticas que económicas.
El impresentable del presidente argentino seguía su actuación lanzando sus frases, que tanto gustaban a los asistentes: “Más allá de cualquier cosa, sepan que, contra los socialistas de mierda, yo siempre voy a estar de su lado”. A continuación, empezó a colgarse medallas de su gestión desde que llegó a la Casa Rosada. Pero las mejoras de su gestión ultraliberal ya han puesto en pie de guerra a algunos sectores, como los sindicatos, que tienen un gran poder en la sociedad argentina.
Lo grave del asunto es que participaran en estas dos jornadas personajes como Esperanza Aguirre, gran patriota ella, sobre todo para meterse con el Gobierno de España; Albert Rivera, el enterrador de Ciudadanos; el expresidente de Coca-Cola y político fracasado, Marcos de Quinto; y, como no podía faltar en la lista, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, muy amiga de Milei. A estos participantes se les debería caer la cara de vergüenza de compartir jornadas con el presidente Milei, cuando son conocedores de antemano de que, cada vez que pisa Madrid, lo primero que hace es insultar al Gobierno de España y ensalzar al líder de Vox, Abascal.
Gobiérne el partido que gobierne, los partidos de la oposición, incluidos los de derechas (perdón, solo Isabel Ayuso, que le hace la puñeta a Feijóo), deberían apoyar al Gobierno de España. La institución está por encima de los partidos, y deberían respetarla cuando sufre ataques desde fuera. No hacerlo dice bien poco de quienes los toleran, incluso los aplauden. En este esperpento hay gente sensata, y no entran en ese juego.
Decía Diógenes el Cínico que “El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe”. Menos mal que los argentinos que están en España no están de acuerdo con las palabras de su presidente. Se me olvidaba: Iker Jiménez, que le gusta más figurar que a un cochino el barro, estuvo subido en el escenario dando coba al impresentable de Milei. Todo un ejemplo de periodista independiente y “español” de proa. No sé quién dijo: “No se trata de ser el centro de atención, sino de destacar por lo que haces, no por lo que aparentas”.
Milei, ¿por qué no dejas de venir a España para insultar? Muchos te lo agradeceremos. No nos gusta quienes vienen a insultar en casa, sea del color político que sea el gobierno.
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