Pedro Sánchez no se va, no convoca elecciones y planta cara al PP y Vox

El presidente del Gobierno rechaza dimitir o convocar elecciones tras el escándalo del caso Koldo, anuncia medidas internas en el PSOE y promete plantar cara a la oposición

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El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa, en la sede del PSOE de la calle Ferraz, a 16 de junio de 2025, en Madrid (España) - EUROPA PRESS

 

La semana pasada terminó mal para los socialistas, por el caso Koldo, denominado ahora “las mordidas del trío de la bencina”, y feministas de pro, como se ha comprobado en sus conversaciones. El fin de semana le ha servido a Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, para reflexionar y hablar con los suyos, tanto a nivel personal como político. No habrá sido fácil asimilar el informe de la OCU, los audios —que no tienen desperdicio— y admitir que mucho “ojo” no ha tenido en la elección de sus secretarios de organización, esos que controlan el aparato del partido, y de qué manera. ¿Tantas equivocaciones, en tan poco tiempo? Es difícil de entender.

El comienzo de esta semana era de esperar, porque los capítulos del escándalo han traído la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal para hablar del tema: conocer lo que piensan sus integrantes, medidas a tomar y apoyo “total” a su líder.

Terminada la reunión, comparecía Pedro Sánchez para dar cuenta a los medios de comunicación de lo que se había decidido en la reunión, que por cierto duró unas cuatro horas. Con aspecto cansado, pero decidido, el tono no era el de una persona compungida, sino de alguien que ha decidido que no se marcha, ni convoca elecciones, y que piensa presentar batalla al PP y a Vox, como se ha podido escuchar a lo largo de su comparecencia. Está guerrero, al menos en su intervención ante los periodistas.

El líder socialista ha mostrado el apoyo de la Comisión; han cerrado filas en torno a él (al menos de cara a la galería). Se ha extendido explicando la corrupción que había cuando gobernaban los populares y que tuvo que “limpiar”. No ha obviado algunos de los audios, especialmente el que hace referencia a cómo trataban a “las amigas especiales”, con las que no iban a jugar a las cartas y a las que trataban como ganado a la hora de decidir la que le tocaba a cada uno. Especialmente la elección del “capo”, ¿Ábalos o Cerdán? Porque a Koldo lo tenían como al tonto útil. Ya se sabe que, en ocasiones, los tontos no son tan tontos y les pueden fastidiar el negocio, como así ha sido. Sánchez ha dicho que le repugna y que no tiene nada que ver con su partido, al que define como feminista.

Tres cosas han decidido a lo largo de las cuatro horas: expulsar del partido a José Luis Ábalos, tras 16 meses con su expediente en la Comisión de Garantías sin ser resuelto; mientras que Cerdán se daba de baja del partido. También constituir la Secretaría de Organización, que será colegiada (hasta el 5 de junio, fecha en la que se celebra el Comité Federal), liderada por la presidenta del partido, Cristina Narbona; Montse Mínguez, diputada del PSC y miembro de la dirección del Grupo Parlamentario en el Congreso; Borja Cabezón, miembro de la Ejecutiva Federal, y Ana María Fuentes, gerente del partido. Tres mujeres y un hombre. Sánchez ha anunciado que comparecerá ante el Congreso de los Diputados y la creación de una investigación sobre el “caso Koldo”.

Por último, y quizás lo más importante —porque de esas reuniones depende seguir en Moncloa—, se reunirá con representantes de los grupos parlamentarios para conocer de primera mano lo que piensan del tema y tomar en cuenta sus propuestas. Según el líder, el PSOE adoptará las medidas “proporcionales y útiles” que le planteen sus interlocutores.

La imagen que ha querido transmitir a la ciudadanía el presidente del Gobierno y líder del PSOE es que su partido no es corrupto, aunque haya personas que, en este caso, previsiblemente lo son. Que no está en sus horas bajas, ni dimite, ni se va, y que la moción de censura no la va a presentar el PP, porque no la ganaría. No ha hablado de posibles cambios en algunos miembros de su Gobierno. ¿Quizás espera que se lo pidan en las reuniones sus socios de investidura? Es posible que sea así. ¿Los representantes con los que se reúna le pasarán la factura para seguir apoyándolo? ¿A cuánto ascenderá?

La actitud del secretario general de los socialistas no debe olvidar que lo ocurrido es muy grave, deja tocado a su partido y desilusionados a votantes y militantes, que no pueden estar como si no hubiera ocurrido nada. Que lo de la Comisión está muy bien, pero como decía Churchill: «Si no quieres que algo se sepa, crea una comisión de investigación».

Utilizar que no se va porque el Gobierno de España es el único de Europa en el que no gobierna la derecha o la ultraderecha no es válido. Ellos no son los culpables de que el PSOE pueda perder unas elecciones, no que las ganen ellos. Sánchez tenía dos opciones: dimitir y que otra persona de su Gobierno —el ministro de Economía, por ejemplo— fuera el presidente y no se perdería el Gobierno. O convocar elecciones. La tercera vía, que es la elegida para seguir gobernando, no es la mejor, por el coste político y económico que va a tener. No vale la famosa frase de “El fin justifica los medios”. En absoluto. Los errores se tienen que asumir, cueste lo que cueste.

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