La Iglesia habla de adelantar elecciones, pero no de los abusos sexuales en su seno

Mientras guarda silencio sobre los abusos sexuales en su seno, la jerarquía eclesiástica irrumpe en el debate político exigiendo elecciones anticipadas

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El secretario general de la CEE, Francisco César García Magán - EP

 

Hay un refrán que se utiliza con bastante frecuencia y que se atribuye a los curas: “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Define muy bien a quienes lo practican. La Iglesia española, a lo largo de su historia, tiene muchas cosas que hacerse perdonar, especialmente aquellos que la dirigen. ¿Todos entran en este calificativo? No. Hay sacerdotes que ejercen su labor de forma admirable por su trabajo en favor de los más necesitados.

En cambio, algunos miembros de la jerarquía eclesiástica dejan mucho que desear, lo mismo que determinados curas que utilizan los púlpitos para adoctrinar a sus fieles. Ese adoctrinamiento no tiene nada que ver con la religión, sino con la política, algo que no es de su competencia. No deberían entrar en cuestiones políticas, pero lo hacen.

En pocas ocasiones, la Conferencia Episcopal Española ha sido dirigida por gente sensata que se dedica a sus propios menesteres. Siempre están ahí, metiendo cuchara, y curiosamente inclinada al mismo lado: la derecha. Para ello cuentan con dos medios de comunicación propios: la Cadena COPE y el canal 13TV, además de otros medios que los arropan. Si uno escucha la radio  o ve la televisión, enseguida se da cuenta de cómo los ataques son constantes cuando gobierna la izquierda, a la que suelen criticar todos los “santos” días del año. Es un escándalo la manipulación que llegan a hacer.

¿Eso es ser objetivos y contar realmente lo que pasa en este país? No. Intoxican constantemente. ¿Todos los profesionales de los medios de la Iglesia? No, pero sí la gran mayoría. ¿Cómo es posible que la Iglesia española esté jugando el papel que está jugando? Un juego sucio y partidista, cuando su función es otra. La gente puede ser de derechas, de izquierdas o sencillamente no sentirse identificada con ninguna formación política.

Este viernes, para acompañar a la derecha y la ultraderecha (algunos de sus líderes son de misa diaria y golpes en el pecho), el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Francisco García Magán, ha defendido las declaraciones del presidente de la CEE, Luis Argüello (del ala más carca), en las que el “líder” religioso pedía un adelanto electoral tras el caso de los “tres corruptos” del PSOE. Para justificar su petición, apuntaba que “la corrupción es un cáncer de la democracia”.

¿Es función de la Iglesia intervenir en política? No. Bastante tiene con resolver sus propios problemas, que no son pocos.

Que el presidente y el secretario de la CEE hablen en esos términos (después han salido en tromba determinados obispos apoyando sus palabras) nos recuerda otra frase muy gráfica: “Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro”. Es cierto, porque con todo el escándalo de los abusos sexuales que han sufrido niños y jóvenes por parte de sacerdotes, obispos y demás, se les debería caer la cara de vergüenza.

Un tema que se ha ocultado durante demasiados años. No les han importado las secuelas ni el sufrimiento que han padecido  las victimas  por parte de quienes debían protegerlas. ¿De verdad que no les duele? ¿Por qué lo han tapado durante tantos años? ¿Eso es caridad cristiana? Y con esa caridad, templanza y racaneo, no quieren pagar a los afectados.

Con todo lo que sucede, la intromisión constante de una parte de la Iglesia y su jerarquía en la política nos trae a la memoria el papel que jugó en la dictadura. Y la imagen difícil de borrar de la procesión del Corpus en Toledo, donde el dictador Franco iba bajo palio, arropado por los gerifaltes de la Iglesia, encantados de llevarlo como si fuera una figura sagrada. Lo adoraban, y les importaba tres ciruelas lo que estaba ocurriendo en el país bajo la mano dura del “caudillo”.

Una buena parte de la Iglesia fue cómplice. Lo que sucedió en esos 40 años nunca fue perdonado, porque nunca han pedido perdón por sus andanzas. Así que, para hablar, hay que dar ejemplo antes.

La Iglesia debe hacer “apostolado”, ayudar a las personas que más lo necesitan, no tener medios de comunicación que apoyen una determinada ideología. Personalmente pueden tener simpatías por una opción política, pero apoyarla públicamente es harina de otro costal. Que no se olviden de que la Iglesia tiene mucho que hacerse perdonar. Por cierto, tener medios de comunicación para adoctrinar no es de buen cristiano.

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